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jueves, 29 de diciembre de 2011

Comunica - Raúl Sánchez Quiles


Vuelves a marcar y comunica. Lo has intentado siete veces, siempre con el mismo sonido cansino y desesperante como respuesta. Pero tú no pierdes la esperanza. Vuelves a pulsar con fuerza y rapidez los nueve dígitos, contienes la respiración, pero regresa la maldita secuencia sonora. Firmas una tregua minúscula con el teléfono y te sientas durante apenas unos segundos, tiempo suficiente para hacer apuestas mentales sobre quién ocupará con su conversación banal esa línea de comunicación que tanto necesitas ahora. Cuando regresas a las teclas tienes una fe renovada, una ilusión infantil que se rompe con el mismo tu, tu, tu que has oído miles de veces. Necesitas hablar con él, contarle que siguen siendo un matrimonio sin patrimonio y pedirle que no le diga a su jefe en la cara todo lo que lleva años mascullando entre dientes. Necesitas decirle que te pusiste nerviosa y que, mirando el periódico de ayer, creíste que acababas de ganar la Primitiva de hoy.

Tomado del blog: Hiperbreves, S.A.

lunes, 6 de junio de 2011

Hypocrisis - Raúl Sánchez Quiles


Los violentos asistieron en masa en enero al primer Congreso de Soluciones Dialogadas que se celebró en Israel. Los ladrones acabaron en sólo 24 horas con todas las plazas disponibles en el Master de Respeto a la Propiedad Ajena, celebrado en febrero. Asesinos y verdugos coparon en marzo los asientos en el Foro Internacional de Apoyo a las Víctimas, mientras que los corruptos, tras sobornar a los legítimos propietarios de cada butaca, escucharon en silencio en abril la conferencia titulada “La política: una vocación de servicio público y un sacrificio personal y económico”. Los directores generales de las 100 empresas más contaminantes del planeta organizaron en mayo el II Simposio Conservacionista Tierra Verde, Mar Azul, Cielo Limpio. En junio, los titulares de las mayores fortunas europeas, asiáticas y americanas pusieron en marcha el Encuentro Planetario por un Reparto Justo de la Riqueza. Por supuesto, en julio nadie faltará al I Congreso Mundial sobre Coherencia.

domingo, 3 de abril de 2011

Nokia N95 - Raúl Sánchez Quiles


El policía flaco me da la quinta bofetada, mientras el gordo me sujeta del cuello y me clava su rodilla en el estómago. En el suelo recibo 10, 15 ó 20 patadas, que para contar estoy yo ahora, y, por no hacerle caso a mi madre y no cortarme la melena, uno de los señores agentes me levanta tirándome de los pelos. Por puñetazos recibidos, parezco ya un saco de boxeo. Mientras la sangre contamina los sentidos del gusto y el olfato, las dos autoridades me preguntan a gritos de qué me río, si quiero recibir un poco más o si soy idiota. Por más golpes que me dan, a mí no se me puede borrar la sonrisa. Y es que cuando veo la lucecita minúscula de mi móvil Nokia N95 sobre la mesa de la sala de cacheos, apoyado estratégicamente en mi chaqueta, no puedo evitar la mueca de la alegría. Me costó 700 euros, pero qué es ahora el sueldo de un mes. Está tan bonito ahí, grabándolo todo en calidad DVD.

Tomado de Hiperbreves, S.A.

jueves, 29 de julio de 2010

Relatividad - Raúl Sánchez Quiles


Apostado junto al muro, con la pistola abrazada al pecho, sentía su respiración como un estruendo en mitad de la noche callada. Miró entre el seto del jardín y vio la luz de la sala encendida. Un sofá de cuero, estanterías con algunos libros y mucho elemento decorativo, una mesa étnica, un adelantado reloj de pared que marcaba las 2:00 cuando se vivía a la una menos cuarto, un jarrón chino o japonés y varios cuadros de diseño malo. Una sombra se movió. Era la de su culpable. Huido desde hacía meses. Esquivo, orgulloso y sin arrepentimiento. Desde afuera quería hacer bien su trabajo, asegurar el éxito y volver ante sus jefes con la cabeza bien alta. No había tiempo de esperar a los demás, no podía dar otra oportunidad de fuga. Pronto estaba de pie en el jardín, mirando el ventanal, inmóvil cuando su culpable fijó la mirada en el exterior oscuro. No podía fallar y disparó, precipitadamente, cuatro tiros a través del cristal. Al final, con el muerto en el nicho, le dijeron que había hecho un buen trabajo. Contundente y algo excesivo, pero bueno al fin. Relativamente bueno. Lástima que en el jardín hubiera un sicario y en la sala de estar muriera un testigo protegido.


Tomado del blog "Hiperbreves, S.A."