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martes, 28 de junio de 2011

El último de los titiriteros - Javier Arnau


El último marionetista dejó la existencia tal como la había encontrado; paneles grises y rojos cercaban la idiosincrasia de su porvenir entre revueltas de metálicos acordes y fanfarrias. En un futuro inmediato, sería reemplazado por el más novedoso invento entre lo más selecto de la bohemia de la ciudad: teatros individuales, proyecciones de sus corazones. Ya no había lugar para los pequeños titiriteros, la sociedad no dejaba lugar en su seno a mentes inquietas, almas errantes, fantasías vagabundas. Todos debían bailar con los acordes que sonaran entre la eterna melodía de un planeta que los acogía como una molestia más, como una infección que acabaría pasando.
El último de los proyeccionistas abandonó sus enseres a la vera de la vida, los descendientes de los extintos acróbatas celebraron su anual reunión para dar gracias al mundo que les había permitido seguir con vida. Actores, funambulistas, tramoyistas, caricatos, histriones, dramaturgos,... todos abandonaron haciendo mutis por el foro su anterior actitud, y el teatro de los sueños comunales echó el telón, tal vez por última vez, sobre el vuelo melancólico de pequeñas esperanzas individuales. Y los títeres tomaron el control, mientras el último marionetista cortaba todos los hilos que le unían a su realidad, y envolvía su engolada voz entre algodones antes de guardarla bajo llave en la caja junto a su anterior naturaleza, vía muerta hacia ningún sitio.

sábado, 14 de mayo de 2011

Creación - Javier Arnau


Todo tardó más de la cuenta en aparecer. Sentados cómodamente sobre nuestras propias huellas galácticas, aspirando con deleite los gases de nebulosas a medio conformar, esperábamos, medio impacientes, medio indolentes, la aparición que el principal de nuestro grupo nos había pometido. Pero parecía que se estaba retrasando dicha aparición; por eso mismo, empezamos a jugar con lo que teníamos disponible más a mano. Nos lanzábamos cúmulos solares, retozábamos entre galaxias en expansión, modelábamos formas con el polvo estelar... en fin, que montamos una buena juerga mientras nuestro compañero terminaba lo que fuera que estuviera preparando. Sin embargo, cuando apareció y nos empezó a contar lo que tenía preparado, se paró estupefacto en medio de una frase, y fue consciente de todo lo que había a su alrededor. Con mirada fascinada, reconoció que lo que, sin querer, habíamos "montado", superaba en mucho lo que él tenía en marcha. Claro que necesitaba unos retoques, pues no en vano fue producto de unos instantes de alocada diversión, pero con todo, podría quedar una cosa bastante arreglada. Nos pusimos manos a la obra, y en unos pocos días teníamos montado todo aquel tinglado que nosotros usábamos como parque de atracciones, y que nuestro compañero se emepeñó en llamar "Universo"

domingo, 14 de noviembre de 2010

El viento cósmico (o un suspiro...) - Javier Arnau


Un suspiro ha recorrida la fría superficie del planeta donde me hallo varado. Tal vez seas tú, recordándome cómo era antes de aceptar esta trágica misión. Tal vez sólo sólo una brisa en la corteza de este desolado mundo, origen del viento cósmico. La mente que todo lo dirige debe de estar riéndose a gusto de mí; sólo, náufrago sin posibilidad de rescate ni retorno, en este astro fuente y causa del terrible viento celeste, y me preocupo por el origen de lo que mi atribulada mente cree reconocer como un suspiro. Pero por eso mismo, por la imposibilidad de volverte a ver, mi intelecto deriva hacia tus costas, y el terrible huracán que cercena mundos, recrea en mi razón la esencia de tus cuitas. Y en ellas, sé que siempre estaré yo, hasta el final de los tiempos, hasta que el último de los planetas no sea más que polvo estelar por culpa de este terrible suspiro de melancolía exhalado a raíz de mi nefando trance: por que en realidad, mi propia desesperada situación, hace que el propio planeta suspiro de pena y melancolía, dando lugar al terrible viento cósmico que me trajo hasta aquí...

miércoles, 13 de octubre de 2010

Segundos - Javier Arnau


Se escurre el tiempo se me escapan los segundos de las manos. Segundos que se convertirán en días, en meses...y se me escaparan, no me quedará nada cuando quiera darme cuenta. La Entropía ganará esta partida, como las ganará todas; Entropía y Caos... Caos y Entropía, jugando su eterna partida de ajedrez, jugándose su linaje a juegos de azar. Caos y Entropía, Entropía y Caos, uno descendiente del otro, pero nunca de acuerdo sobre quien desciende de quien, ni en quien es el antecesor del otro. Sólo Dama Eternidad tiene un leve atisbo de la Realidad, pero en sus oníricos palacios de t/Tiempo espera el desenlace de tan eterno juego. Da igual, no tiene prisa; Lady Muerte, acompañada dde su hermano, el rey del País de los Sueños, suele visitarla, al atardecer, cuando los últimos rayos de sol iluminan el famoso Mercado de los Pájaros, y las tabernas se llenan con los invitados de Baco.
Y en un rincón de una de esas tabernas, Caos y Entropía siguen jugando su eterna partida, mientras el Mago Blanco fuma su pipa en otro rincón, dirigiéndoles soslayadas miradas, y sonriendo.
Y un bardo, guerrero y músico, entona una canción de héroes y leyendas, como él mismo será algún día.

Mientras, los segundos se me escapan de la punta de los dedos, y no tengo tema sobre el que escribir.

domingo, 3 de octubre de 2010

Loco tiempo - Javier Arnau


Emana un loco tiempo desde el reloj que domina mi galopante soplo de vida. Acelerados procesos vitales se acompasan al ritmo de unas imaginarias manecillas, en este tiempo digital en que dichos adminículos son obsoletos; pero la imaginería de lo que ahora actúa como mi cuerpo trabaja mejor con esa figuración entre su base de datos.

Vuelan los eternos segundos en torno a la representación virtual de mi cuerpo, y el avatar de mi sustancia recorta escalas mientras avanza por la rueda de la existencia. Se colapsan efímeros eones en torno a un agujero negro de voluntades y esperanzas, mientras mi vitalidad subsiste a base de pequeños saltos entre realidades alternativas, que confieren energía al cronógrafo que marca los pasos de mis vicisitudes por este entramado de espacio tiempo que conforma la memoria eterna de los seres que han poblado o poblarán la existencia.

Agotado, relajo mis sistemas y dejo que una nueva progenie haga suya mi savia, con la promesa de un etéreo retorno entre las masas ululantes de fría materia.

Y así se encierra entre celestiales paréntesis una historia, y se abre un nuevo guión a las estrellas.

domingo, 13 de junio de 2010

Mi cabeza - Javier Arnau


A veces, mi cabeza está fuera de mí. Mis ideas, mis pensamientos; siento que no me corresponden, que, en realidad, me son ajenos por completo. Por eso relleno más y más pantallas, utilizo más y más palabras, estigmatizo los segundos uno a uno, como si en breve, se me fueran a acabar.
A veces, mi juicio parece abandonarme, y yo me entrego a la loca idea de escribir, como si con ello purgase mi enfermedad, como si supurando conceptos, se aliviaran mis padecimientos.
En ocasiones, veo letras formando palabras, construyendo frases que sé que son mías, pero que no sé de dónde han podido salir; dejo que tomen forma, que se acomoden a su gusto; relatos, poemas, cuentos, lo que quieran. Pero les pongo una condición: que al final formen mi nombre, dado que parece ser que una vez fueron mías.
Y firmo, dándome a conocer cuando mi cabeza está fuera de mí, cuando siento que mis ideas no me pertenecen, purgando conceptos, supurando palabras.

domingo, 7 de marzo de 2010

Tensión - Javier Arnau


Una situación tensa avanza desde el fondo de las sombras. El viejo callejón, anegado de recuerdos, pugna por librarse de ella, pero un gato, una manada de gatos, es su aliado.
Y llueve.
La noche no consigue llegar más allá, y todo queda paralizado en un deja-vu eterno.
La aguja del reloj marca siempre el mismo segundo, una y otra vez, y otra, y otra... finalmente, el segundo se desgasta de tanto uso, y acaba por desaparecer. Así, finalmente, se acaba el tiempo; todo, por una situación tensa, que se podría haber resuelto si la memoria no nos hubiese fallado en ese mismo momento; si los gatos no maullasen en el callejón; si la lluvia se hubiera llevado nuestros recuerdos... Demasiados condicionantes, y muy poca decisión nos han llevado hasta el final del tiempo, de todos los tiempos.
Y las sombras se enroscan sobre sí misma, mientras todo desaparece.

jueves, 18 de febrero de 2010

Entre viejos papeles - Javier Arnau


Rebuscando entre viejos papeles, entre escondidos ficheros de las carpetas de mi ordenador, en el olor del aire, y en los colores del cielo, conseguí hacerme visible entre las palabras que surgían de la mente de un alienado bardo. Mientras, él creía en la inspiración, en las musas; no sabía que mi esencia estaba dispersa entre todas las palabras que habían sido utilizadas hasta entonces. E, incluso, en las largas décadas que me llevó poder conformar una débil carcasa que mantuviera unida mi esencia, inventé nuevos términos.
Ahora por fin, las palabras que pueden dar lugar a que viva en la mente de todos vosotros han sido reescritas, con nuevos significados, con nuevas equivalencias. Una nueva presencia se hace evidente ante vosotros como la quimera de una nueva expresión; es el arcano de las letras, la magia que imbuyó a los poetas de sus rimas, a los dramaturgos de sus libretos, a los prosistas de sus cuentos. La tinta que moja sus plumas, las teclas de sus ordenadores, las memorias de sus discos; todo ello conformado para dar lugar a las historias que consiguen evadirnos de esta realidad, y llevarnos a los mundos que nuestra mente acepte para vivir en ellos.

Rebuscando entre miles de mundos, los olores del cielo, las mentes de los bardos, y los colores de viejos papeles, conseguí acceder a la información deseada; y ahí me quedé, nutriendo de nuevas palabras que había inventado durante mi larga estancia entre las mentes de una humanidad sin imaginación ni ambiciones.

lunes, 25 de enero de 2010

Maravillas - Javier Arnau



El Teseracto bloqueaba nuestra visión. Su tamaño hacía palidecer la del transporte que nos había traído hasta aquí.

Mientras llegábamos a nuestro destino, la geometría fractal se dispersó como bolas de polvo que algún inmenso escarabajo cósmico estuviera empujando.

Descendimos de la nave, con la gravedad artifical alrededor del enorme hipercubo creada por no sabemos quien, pero totalmente compatible con nuestra fisiología. Lo que ya fue más complicado fue recopilar sus coordenadas, puesto que, como principal punto de interés turístico desde que lo descubrimos en nuestra franja de espacio-tiempo, teníamos que mantenerlo en las mejores condiciones de visita posible. Por ello, a sus coordenadas espaciales, una vez recalculadas y reoordenadas, le añadimos una capa de alfa tiempo, para que su estructura fuera más visible desde todos los puntos de nuestro sistema solar. Pulimos y dimos una capa de fosforescente universal en los puntos que más claramente interseccionaban con nuestro n/espacio, añadimos el cartel de Recién Pintado, y nos alejamos para tener una visión de conjunto.

Perfecto; junto con otras maravillas del universo que habíamos traído hasta nuestra galaxia como reclamo turístico (las Puertas Tanhauser, la Cascada Medusa...), formaban un espectáculo digno de visita por las más altas clases de alienígenas que pudieran permitirselo.

Y en breve, en nuestra ruta turística incluiríamos la visita al estallido de la estrella de aquel planeta llamado Tierra.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Memoria - Javier Arnau


Llévate mi memoria, y utilízala como mejor te convenga; he estado desaparecido, disperso entre las ambigüedades que conforman mi existencia, y la linealidad de la mente que preservaba mi espacio hizo inútil la acumulación de recuerdos. Recopilé en una pequeña singularidad de espacio tiempo retazos, segmentos de lo que podía haberse considerado mi vida, en caso de realmente haber vivido. Luego la expuse a pública atención en los confines de reminiscentes estadios de materia y energía, de masa y espectro, de sombras y reciedumbre; y entonces apareciste tú, y con la ganalura de tus matrices, atraíste sus ambivalencias hacia el entorno probabilístico de tu órbita.

Quédate con la evocación de mis esfuerzos por construir una historia coherente con la fluctuación de la materia en este loco universo de expectativas desquiciadas, y rellena sus huecos como mejor te sea posible, antes de que la nada, la ruptura de sus artificiales sinapsis, ponga un aureolado fin a su programación.