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viernes, 13 de diciembre de 2013

Apunte para la Historia de Luz I – Lisandro Varela


Le rezo idiota a Dios, que está en una Vaquita de San Antonio, que está en mi dedo, en el trabajo.
Joe 90 mira la tele y manda un memo. Seguro también reza.
Si estuviera Nick La Bestia rezaría con gesto de rezar.
En la tele hay un globo con ponele helio que viaja rápido en el aire con un chico adentro. El globo se desinfla y va rápido y los talking heads dicen obviedades y el chico se va a dar el palo.
La Gemela Arizona pasa y se ríe. Se ríe porque no tiene hijos, le digo mala onda.
Una hora después el chico nunca subió al globo.
La vaquita de San Antonio tenía dos manchas color naranja iguales en el lomo.
Que buena la idea de muchísima gente en el mundo deseando algo al mismo tiempo.
En un kiosco de Lanus Este una chica linda Lanus Este me da mal el vuelto y me chafa diez pesos. Esta nerviosa y prefiero regalarle el rush del robo a avergonzarla.
La pizza de Guerrin esta sobrevaluada pero la torta de ricota te explota en la boca.
A un señor lo acusan de irse sin pagar y el señor se amotina. El pizzero es un chico ex URRS que lo apunta de lejos con el cuchillo grande de cortar pizza.
Me da vértigo la idea de ver un apuñalamiento en vivo en Palermo. El señor que no paga se va diciendo que son todos hijos de puta y no paga.
Le llevo dos docenas de margaritas a Luz para festejar que es la madre de Gordo Anchoa.
Un día hace doce años le mandé margaritas al trabajo y a la noche salimos y chapamos por primera vez.

Tomado del blog: http://vidadocampo.com/
Sobre el autor: Lisandro Varela

miércoles, 2 de octubre de 2013

Vida road movie - Lisandro Varela


Por ahi esta pensado para que termine lejísimos de como lo planeaste, cosa que se dijo mucho, en línea con eso de que Adonai tiene maneras misteriosas.
Caminaba de noche por Belgrano R, en plan aeróbico con jeans y dice Havaianas pero son imitación, y pensé en Una Noche con Sabrina Love y se me ocurrió que mi vida, por ahi la de todos, es un road movie.
La novela de Mairal, que además fue movie, es un road movie perfecto.
Clima leve de problemas que suceden al sol y que van a solucionarse porque de ello depende que haya páginas a la derecha en las que el héroe o las heroínas (te vuelo la cabeza puercoespin) van a empecinarse en lograr la cosa equivocada o imposible para terminar topándose con lo que los salva, lo que no sabian que estaban buscando.
Lo unico q salio en mi vida como habia planeado es que tengo un titulo universitario.
-Algun dia tenes que recibirte, porque fracasar te va a hacer mal-, me dijo el economista tucumano Severo Caceres Cano en una parrilla de la calle Corrientes, y diez anios despues entregue una tesina berreta escapandome de las cejas con caspa arqueadas en la cara de asusta chicos de Severo, que para entonces estaba muerto.
El resto, para cualquier lado menos para donde pensaba, pero ahora no camino y pienso en el olor amarillo del libro y en el entrerriano que cambia debutar por ver el mundo y ocuparía el asiento de al lado en la mierda de colectivo ese sólo para empujar fuerte con la nuca contra el asiento de mierda, como hacen los que están felices de estar yendo a donde van.

domingo, 25 de agosto de 2013

On being your own man - Lisandro Varela


En la ruta odio a mi padre. Lo odio por entre las rendijas con viento del jeep amarillo que acelera más de lo que dobla. Lo odio mirando el acantilado marrón que sigue en un mar también marrón y después en arena fría y apenas sembrada de yuyos.
Lo odio con las rodillas duras de tierra fría. Lo odio con las escupidas que me ligué de los de mi propio equipo, por no pasarla, después del tercer tiempo.
Odio a mi padre admirando su cicatriz sobre la ceja izquierda. Odio a mi padre que hace nada dentro del buffet, concentrado en la tasa de loza gruesa con borde verde y café malo. Odio a mi padre que mira para otro lado mientras mi hermano el del medio y yo nos ligamos piñas y repartimos patadas. Repartimos patadas como podemos.
Odio a mi padre que me pasa la mano por la cabeza sin mirar, porque mira la ruta que tiene enfrente. Ya no odio a mi padre y su mano redonda y tibia. Mi padre dice que ya nos peleamos y que ahora nos van a respetar, que era mejor que él no se metiera.

Tomado de: http://vidadocampo.com/
Sobre el autor: Lisandro Varela

lunes, 22 de julio de 2013

La noche del jueves es buena (para pelear) - Lisandro Varela


Atrevete, le digo al boludo metido a bouncer, en la puerta del Shamrock.
El boludo tiene músculos, pone cara de malo y se afeitó la cabeza. Sigue siendo un boludo. Hace un rato salimos a fumar marihuana y otro bouncer medio empujó y lo amenacé y ahora volvimos y no nos dejan entrar.
Nick La Bestia arregla que lo dejen pasar a buscar la mochila y a Rawson. Yo me quedo afuera viendo si me consigo una noche en la Diecisiete.
Los de la puerta no se quieren pelear, los provoco apenas, con las manos en los bolsillos. Comunicar que no te preocupa comerte el primer roscazo es clave con la gente de la ínfima metida a portero de boliche.
Nos vamos. Pasamos quince minutos en la puerta del falso Rodizio viendo si entramos, pero no entramos y vamos a uno en Rodriguez Peña en donde parece que hay chicas.
Cuando volvemos a pasar por el Shamrock le hacemos el dos uno a Rawson y le mentimos que volvemos para pelearnos.
Agarrá una piedra, dice Nick, y Rawson se pone pálido. Cuando estamos por llegar a la puerta cruzamos y Rawson respira. Rawson conoce que no es lindo comerse un proceso penal.
En el restaurant hay grupos de chicas en salidas de amigas. No hay nada que hacer ahí, pero Rawson ya está en Tony Montana y soborna a la recepcionista por una mesa sin espera.
A Rawson le viene el quemo cuando estamos adentro y la mesa no aparece. Nos vamos haciendo los ofendidos.
Ahora caminamos por Las Heras, fumando de la pipa como si estuvieramos en MVD.
Terminamos en Campechano, deprimente y al tubo fluorescente en Larrea. Hay un Crooner que afina una voz chiquita y canta oldies.
Hay algo de derrota en el Crooner, que usa traje negro y gomina. Canta que she may be the beauty or the beast y nosotros le hacemos el coro, despacito, para que no crea que lo jodemos.
En un taxi a Belgrano lo cruzo a Juanse, que todavia es rock, y a los dos segundos en la radio pasan que sigue girando.

Tomado de: http://vidadocampo.com/
Sobre el autor: Lisandro Varela

martes, 28 de mayo de 2013

Gemela Arizona duerme not - Lisandro Varela


La Gemela Arizona empuja la cara contra la almohada y bucea con las piernas y le parece bien haberle metido seis cuotas a estas sábanas de chica rica que no es.
La Gemela Arizona se sienta al borde de la cama y dice la puta madre, porque sola sí putea. Como es tarde no llama a Jennifer Gómez.
La Gemela Arizona hace pis sin pensar en el trámite. La Gemela Arizona no piensa en trámites. A veces se toca dos minutos muy rápido y pone la mente en blanco.
La Gemela Arizona camina por el departamento oscuro con la blackberry en la mano y va a la agenda y busca el nombre del hijo de mil putas y lo borra y escribe No Atender.
La Gemela Arizona piensa en el charco asqueroso de los No Atender, hecho de pibes en el boliche con la cara transpirada, de ex novios volvedores, de pesadas del pasado en Arizona.
La Gemela Arizona se acuerda de la escena de Superman III en la que los malos se van al carajo del espacio presos en un vidrio y se imagina al hijo de mil putas rebotando mala onda en el led de la blackberry, ahora uno mas del charco.
La Gemela Arizona quisiera dormirse de un desmayo y que sea de día o poder taparse y pensar en cosas lindas.

Tomado del blog:http://vidadocampo.com/
Sobre el autor: Lisandro Varela

sábado, 4 de mayo de 2013

Optar por la belleza - Lisandro Varela


Es fácil optar por la belleza de palabra.
Pero como la auténtica opción por los pobres, elegir el mundo sensible requiere desprenderse.
Ahora en Pagana, tarde y mal, baila con lo hombros una chica leve que vino a bailar y baila con las gomas una mujer sin gracia que vino a llevarse algo.
Yo vine a que dormir con alguien no me cueste lo que este hoy el framer Franklin.
Y la mujer sin gracia, que también baila con un culo bien envuelto en jeans, mira un par de veces y la cosa está resuelta.
Pero al lado baila chica leve, chiquita y quinto año. Baila con una gracia que nunca tuve en el cuerpo y se ríe y cada hombro y cada rodilla se tuerce justo y ríe.
Y la mujer que vino a buscar temperatura corporal igual que yo vuelve a mirar y entonces decido que me quedo del lado de lo lindo, aunque sea contemplativo y testimonial.
Termino la coca común de la semana y le aviso a la chica leve que no pretendo levantarla y le vaticino una gran vida, porque tiene encanto y eso se tiene o no. La chica leve se ríe leve y agradece y dice que soy un amor y vuelve a mover los hombros con los amigas.
La mujer de al lado me hubiera dicho cojeme papito, pero no va a decírmelo porque ninguna mujer merece hacer de plan b.
Plan c permitido, en Newport seguro hay una chica con gracia, admiradora de Benjamin.


martes, 1 de junio de 2010

Pasar la factura - Lisandro Varela


El chico rubio saca medio cuerpo por la ventana del auto en el semáforo de Libertador y Ocampo.
Saca el cuerpo y mueve la cabeza y le hace monerías a los otros autos. Debe tener seis años. En la otra ventana, una chica más chica saca la cabeza pero un poco menos.
Voy en un taxi, colgado escuchando el Ipod muletto de Nick La Bestia. Canto en mute que ay amor mío, que terriblemente absurdo es estar vivo.
Veo a los chicos y saco la cabeza yo y les digo que se sienten. Varios autos tocan bocina por lo mismo. Una mujer en un auto caro pega gritos, los chicos deponen la actitud y ubican el culo en el asiento.
El auto arranca y los chicos sacan la cabeza de nuevo, sonríen el vientito en la cara.

El que maneja, tal vez un padre trash, no hace caso a los bocinazos.
No comento con el taxista para que no me de la lata, pasa un poli en moto pero pasa de largo.
Al semáforo siguiente la del auto caro se baja y le da una filípica al adulto a cargo de los chicos arriesgados.
La mujer camina entre los autos cuando arrancamos.
Dentro de veinte años, en una pelea familiar, los chicos de la ventanilla le van a pasar la factura por hoy al del volante, o peor, no se la van a pasar.

Tomado de: http://vidadocampo.com/

Sobre el autor: Lisandro Varela

domingo, 16 de mayo de 2010

Cowboy de neón - Lisandro Varela


Martin Llambí me dijo que hay que llevar las historias como un arriero.
Como un arriero que empuja una historia hecha de muchas historias que ruedan cada vez más chicas, más redondas, mas simples.
Como un arriero que va desde atrás juntando su respiración con la del caballo para que el movimiento sea uno solo.
Como un arriero que sabe cuando ya no tiene sentido buscar un animal descarriado.
Como un arriero feliz de vértigo controlado.
Para llegar a San Telmo rápido hay que ir por Nueve de Julio y bajar la barranca al río que nadie nota.
Martín Llambí es un cowboy de neón.
Martín hace el gesto del arriero, que es como el gesto de alentar en la cancha pero más corto y con la mano desde el pecho y hacia adelante.
Tiene puesta una camisa de vaquero con flores rosas y flores verdes. Lo miro y brillan las flores rosas un segundo y despues las flores verdes.

Tomado del blog: http://vidadocampo.com/
Sobre el autor: Lisandro Varela

sábado, 8 de mayo de 2010

Mujer con delantal azul - Lisandro Varela


La mujer rubia Angel de Charly tiene delantal azul con moño de maestra jardinera.
La mujer rubia habla con mi madre en una casa que no es la mía. Mi madre es joven, pero yo no me doy cuenta porque es mi madre.
La casa tiene olor al sol que viene de afuera y afuera hay un jardín verde que ahora alguien riega.

En la casa hay un cuadro a medio pintar. Además de olor a sol hay olor a solvente.
La mujer tipo Farrah Fawcett habla y yo la miro desde abajo.
La mujer dice que algo es fascinante. Miro el techo de madera clara, el pasto del otro lado, los ojos grandes de la mujer que voy a cruzar en un restaurant del pueblo treinta años después.
No sé qué quiere decir fascinante, pero nada de lo que hay en esa casa me fascina más que esa palabra.

Sobre el autor: Lisandro Varela

martes, 19 de enero de 2010

Marlon Brando sabe todo – Lisandro Varela


Muero y tengo puesto un smoking blanco. Soy yo pero es el pibe de Trainspotting haciendo de mí y me veo desde afuera. Atravieso una fiesta rápido entre mucha gente que no me ve. Sigue una cocina de Sheraton con casamiento y filas largas de platos de metal tapados con metal. Abro una puerta de madera blanca que se abre a lo oscuro y salto sin miedo. Llego a una sala de bingo triste con las paredes cubiertas de tela negra para que no haya incendios.Las mesas son redondas y están un poco torcidas. Tienen un número de papel en el medio y personas sentadas y sillas vacías.En una esta Verónica Rocha, que me dice que esa fiesta estuvo buena y que que bueno que compartamos mesa.Se acerca un señor que es el jefe de la cosa pero no parece jefe, parece un tipo con muchos problemas. El tipo me dice que tengo que volar a otra mesa.Vuelo entre las mesas y el techo bajo y negro. Vuelo como un pájaro pesado que vuela lejos, moviendo los brazos con todo el cuerpo. Todavía soy yo y el chico Trainspotting vestido con un smoking blanco. La mesa que me toca es chica y todos los asientos están ocupados por tipos turbios que hicieron grandes cagadas cuando vivos. Los tipos están felices de que llegue y ahora hay un asiento. Saludo y no me siento. Me pega en el estomago la cosa densa de los tipos que me saludan amables.Vuelvo caminando entre las mesas. El jefe tiene un problema mas ahora que le hablo y le pregunto if is free will possible in this fucking place. El jefe no contesta. Al piso le crece Marlon Brando a los cincuenta vestido de vaquero y a caballo, lo siguen vaqueros heridos de muertes con guerra. Marlon Brando no me dice nada pero me dice that free will is always possible. Marlon Brando y su banda se van al galope como en una película de Sucesos Argentinos.

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Sobre el autor: Lisandro Varela

miércoles, 13 de enero de 2010

Tandil tiene lomas - Lisandro Varela


En el planeta rivotril veo el programa de Luisa Valmaggia a la una cuarenta AM y se siente bien.
Se siente bien como si mi cerebro estuviera encapsulado en vidrio y la espina dorsal mojada de un liquido espeso y tibio que me inventa un cuerpo gigante que se siente bien.
Tengo el cuerpo gigante. Dos meses de coca regular y cero caminata y cero press de banca en casa.
El lunes empiezo. El lunes que viene.
Ahora veo a Roberto García, capo mal, que le da manija a uno que quiere que vuelva la colimba.
Soy de la clase del soldado Carrasco mártir. Número bajo con el 265. Fui a que me sellen el documento en el distrito militar Tandil y un chico gay quiso hacer alguna cosa en el baño de la terminal. Le dije que buena onda pero no. Después me hice amigo por el día de otros dos que habían zafado y caminamos como en city tour.
Tandil tiene lomas que te cansa subirlas.
Cuando llegué a Retiro no tenia una moneda y el chofer del 22 me llevo gratis.
Hoy cantamos que nos miramos una vez y supimos enseguida que pasaba. Cariños a y yo afinamos para arriba. Emma Peel no te canta canciones que no sean su tono.
Louis Cypher tocó en el piano tres hitazos por minuto. Louis Cypher tiene una linda casa y recibe árabe.
Antes fuimos a Dadá a las cuatro y nos fuimos a las nueve. Dejamos el muerto por un día, sería cope no pagar, que nos lleguen los mensajes por otros regulares pidiendo que aparezcamos con la plata, no poder agarrar por San Martín.
La gente es muy boluda y toma rivotril por cualquier cosa. El rivotril es para sentir felicidad en el cuerpo una vez cada tanto, con la cama tendida recién, con las manos con olor a jabón, con el aire al palo, abajo del edredón.

Tomado del blog: http://vidadocampo.com/
Sobre el autor: Lisandro Varela

jueves, 20 de agosto de 2009

Vida televisada - Lisandro Varela


Con Nick La Bestia jugamos al Truman Show.
Caminando por Santa Fe hacemos como que vivimos un reality y que la ciudad esta llena de cámaras.
Ponemos los ojos en modo paranoia, y los autos empiezan a estar coordinados y la gente que camina y nos cruza esconde algo.
Si miramos nuestras vidas para atrás vemos los plot points, los personajes secundarios que entraron y salieron de la historia, las subtramas.
Y caminamos, tan distintos, tan seguros de que hacemos un dúo con rating, tan divertidos de jugar juegos idiotas.
Jugamos dos minutos, pero a veces trato de convencer a Nick de que es verdad.
Es cierto, boludo se impresiona Nick.
Ninguno de los dos se acuerda cuando nos hicimos amigos.
Hace más de diez años éramos proveedor y cliente, solo al teléfono.
Un día del 2001 lo contrate para que siguiera en los medios como se caía un gobierno que me tenía adentro.
Lo siguiente que nos acordamos es que fuimos al teatro a ver algo ridículo y que en la fila para entrar propuse intercambio de parejas.
Después fuimos amigos.
Pero no hay forma que sepamos cómo empezamos a ir por ahí riéndonos barato.
Es la parte Lost de la historia dice Nick y paramos en el kiosco de Paraná a comprar chocolate y coca de dieta.

Tomado de http://vidadocampo.com/
Sobre el autor: Lisandro Varela

miércoles, 17 de junio de 2009

Gordo Anchoa canta la Marcha Peronista - Lisandro Varela


Gordo Anchoa canta la marcha peronista a los gritos. No hay manera de que la cante a pedido del público, ponele en un asado, pero a veces está jugando solo, o en el súper con la madre y empieza a cantar fuerte, de la nada.
Le enseñé la marchita a Gordo Anchoa con la esperanza que de grande sea peronista y tenga la vida solucionada. Deseando que circule sin la menor culpa por quedarse con lo ajeno, que disfrute del poder como si fuera sexo, que sepa, como supo Oscar Wilde, que no hay que quejarse ni dar explicaciones.
Si Gordo Anchoa fuera uruguayo no me preocuparía por hacerlo Blanco o Colorado o descendiente de Sendic. En los países normales esas cosas no importan. En Argentina si no sos peronista estás frito. Así que quiero, por su bien, que Gordo Anchoa sea peronista.
Ahora Gordo Anchoa canta la marcha en la bañera. Hablo con Luz en el living, nos reímos mientras arreglamos cuanta plata me corresponde poner este mes. Pienso en la suerte de que Luz y yo todavía nos riamos.
Gordo Anchoa canta y chapalea agua afuera. La madre se acerca para llamarlo al orden. Gordo Anchoa canta más fuerte eso de combatiendo al capitáN y tira agua. Tira agua y no hace caso.
Tanto tira agua y canta que Luz lo saca de la bañera de prepo, envuelto en una toalla. Gordo Anchoa se entrega, o parece que se entrega, pero en un descuido de Luz se escapa al living y corre y canta desnudo que hubo principios sociales que supimos conseguir.
Quiero agarrarlo y darle un abrazo, pero no se deja, corre y canta y yo sé que ya es peronista de Perón y Evita y soy un padre feliz.

Sobre el autor: Lisandro Varela

lunes, 1 de junio de 2009

Celebrating Saint Paddy`s - Lisandro Varela


A San Paddy’s van las oficinistas putas.
La opening line se me ocurre en el sillón del living de Nick La Bestia. Decido mover el traste e ir a San Paddy’s solo para poder usarla.
Voy a usarla haya o no oficinistas putas.
En Viamonte Y San Martín se me confunde el centro y camino media cuadra al revés. Soy del interior.
Para doblar por Paraguay hasta Reconquista hay que pasar un retén policial blando.
Un agente me mira las manos.
-Hola, le digo de distraído y sin pensarlo.
-Hola, responde.
En la esquina de Reconquista hay otros policías dándole indicaciones a unos que están de civil. Parecen pibes chorros mejor vestidos. De uno, más viejo y con cara de asfalto, nadie sospecharía que es cana.
Los de civil empiezan a mezclarse entre la gente. Elijo a uno y lo sigo cincuenta metros. Placer paranoide al cuadrado, el de él y el mío. Placer para tocar de lejos. Dejo de seguirlo.
Miro chicas. Muchas en grupo, muchas en grupo sólo de chicas, algunas ya escabio.
Yo lo siento, pero acá vinieron las oficinistas putas.
También hay extranjeras. Nunca se sabe si una extranjera es puta.
También hay chicas de barrio. Putísimas todas.
También hay chicas mojigatas. Dos.
Tipos hay de todo. Trajeados a 400 pesos que no usan corbata como Clooney. Trajeados a dos lucas que no usan corbata como Clooney. Chicos Legacy. Chicos Gran Lebowsky. Chicos que merodean como hienas disimuladas, viendo cual esta suficientemente borracha.
Me encuentro con una compañerita de la facultad que me gustaba. Le brilla la cara de linda. Esta con un novio un poco gris.
Camino. Hay gente ensimismada que hace la cola para comprar cerveza en los bares que hoy atienden adentro y para llevar.
Hay una fila de media cuadra para comprar en el restaurant El Salmón. El chop de kilo cuesta veinte pesos.
A veinte metros unos motoqueros que paran siempre en Reconquista se dan el fernetazo. Usan una botella grande de coca cortada por la mitad.
Camino de idea y vuelta. Hay mucha gente cada vez mas borracha.
Ya no sé si las oficinistas son putas. Las chicas ríen como idiotas por su lado, los chicos ídem por el suyo.
Todos están más borrachos y todo empeora.
Me voy. Cruzo a Retiro por el Sheraton, en infracción. De casualidad no me pisa el 23, Soldati Retiro, Riestra, Tribunales.

Tomado de: http://vidadocampo.com/
Sobre el autor: Lisandro Varela