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lunes, 7 de noviembre de 2011

XXXVII Minerva y la tejedora mágica - Lili Mendoza


Minerva se hizo famosa en Miseria cuando inventó la tejedora mágica. En ella confeccionaba suéteres, chales, sabanillas para bebé y los muy solicitados edredones matrimoniales. La tejedora hilaba dulce y fuertemente las visiones de lo que jamás sería, la realidad relativa abandonada cuando tomamos decisiones. Minerva pensó que sería una muy buena idea, prendas cálidas para abrigar el alma en días de soledad y desconsuelo. Cuando terminaba una prenda, emocionada la ponía en una caja de cartón blanco, sobre una cama de papel azul y estrellas plateadas, y se iba presta a entregarla.

Al llegar, tocaba el timbre y dejaba la caja en la puerta.
Fue por entonces que los habitantes de Miseria comenzaron a dar muestras de extraña conducta:
maridos envalentonados abandonaban a esposas felices de verlos partir, abuelitas montaban bicicleta o saltaban la tablita, diputados soberbios repartían entre mendigos sus más preciados bienes. El gobierno de Miseria intervino prontamente, decomisando la tejedora y convocando la presencia inmediata de ilustres científicos de todos los confines del planeta.

Los sabios examinaron la tejedora, la desmantelaron y volvieron a armar, sin encontrar el más pequeño indicio de cómo funcionaba. Al presentar los hallazgos de sus investigaciones ante la Comisión Ariadna, los científicos vistieron lindos pulóvers tejiditos en colores pasteles y declararon al público estupefacto que Dios existía y era un niño maravilloso.

Lili Mendoza

Tomado de Corazón de Charol A-go-gó con autorización de la autora

martes, 18 de octubre de 2011

XLIV Divertisement - Lili Mendoza


El papá pagaba cuarenta dólares a una negra en Río Abajo para que una vez al mes planchara el cabello de su hija mayor. Hecho el milagro, Dalia regresaba a casa con la cabeza enrollada y de un humor de la gran puta. También le pusieron aparatos en los dientes y eso fue el acabose porque, cuando en una semana coincidían alisado, ajuste de frenos y período, la casa temblaba. La hija menor logró dominar el arte de hacerse invisible detrás de enseres de línea blanca y electrodomésticos menores. Veinte años más tarde, los padres encienden la televisión y miran
extasiados a Dalia dar las noticias, convencidos de su supremacía en orgulloso silencio cómplice, ya borrado de los anales el día en que Ania, olvidada en el patio y cubierta de hojas, caminó hacia la calle y echó a correr para jamás volver al tumulto de hojarasca.

Lili Mendoza

Tomado de Corazón de Charol A-go-gó con autorización de la autora

sábado, 24 de septiembre de 2011

Advertencias en la parte posterior de un paquete de cigarrillos - Lili Mendoza


Fumar produce cáncer de pulmón, nótese la imagen donde se compara —a la izquierda— el pulmón de un fumador con un pulmón sano, asumimos propiedad de alguien sano también. Fumar produce enfermedades cardiovasculares. La imagen tamaño escala muestra a un hombre joven, digamos de unos treinta a cuarenta y cinco años, tumbado en lo que sólo puede ser un quirófano, con el pecho desnudo, un electrodo huérfano justo debajo de la tetilla derecha mientras cuatro brazos le atienden en lo que podemos asumir es una situación de emergencia. El par de brazos que está al fondo son al parecer propiedad de una mujer y como todos los fumadores son la aberración
remanente del pasado chovinista, asumiremos que ésta es enfermera porque sería imposible, imagínese usted, que una mujer sea doctor. Dios nos agarre confesados. No, el doctor es el de los antebrazos fuertes, peludos y anchos. La enfermera aplica una máscara de oxígeno al paciente. Asumimos que el paciente es fumador. Lo sabemos porque su imagen está en el parte posterior de un paquete de cigarrillos, porque qué más haría el pobre luego de trabajar doce horas en la licorería de los judíos, sin tomarse un trago, sin falsear un número, mes tras mes redondeando el mundo, sin codiciar los nalgones de la secretaria, sin incapacitarse un solo día. Fumar es nocivo para la salud y produce cáncer, Manolo, cáncer. Todo cigarrillo es nocivo para la salud y por Dios no vender a menores. Te conocemos bien Manolo porque tu imagen está en la parte posterior de un paquete de cigarrillos, porque qué más harías la riqueza de otro sin ponerle un dedo encima a ese culo glorioso, día tras día y a salario mínimo. Qué más te queda que salir a tu noche fría, envuelto en tu gabardina mientras te iluminas la cara con resplandor
de mechero, tu cara naranja acentuada, tus ojos más negros, más hondos, más tú ahora que aspiras profundo y exhalas uno a uno tus miedos, ahora que te sale el alma por nariz y boca.

Lili Mendoza

Tomado del libro Corazón de Charol A-go-gó con autorización de la autora.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Saut de chat, en avant - Lili Mendoza


Bertilda, mi secretaria, corre a la cafetería y mete cincuenta centavos en la máquina de café. Los cincuenta centavos son de ella, el café es para mí.
Bertilda, la llamo y viene. Bertilda, le digo, y ella hace; igual que el centurión del Evangelio con Jesús, con una palabra basta. Bertilda corre café en mano y lo coloca sobre mi escritorio. Vete temprano Bertilda, pero siempre te quedas. Bertilda ¿cuántos cafés me has pagado? Ninguno señor y tecleas como pianista de concierto. Confirma si el estilista puede atenderme.
Manda a buscar las calificaciones del Matías. Lo apuntas. Me voy por las noches - hasta mañana -
pensando que sigues allí, con los mismos zapatos que hace tres años calzaste para tu entrevista y tu odio me llega en marejadas, espumoso y altivo y sé que un día saltarás de tu jaula para comerme vivo, en pedazos.

Lili Mendoza

Tomado de Corazón de Charol A-go-gó con autorización de la autora