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sábado, 30 de agosto de 2014

Beso y la ciudad - Héctor Ugalde


El ciudadano se asombra de ver una larga fila. Sigue la cadena de personas y encuentra que todos están formados para probar suerte y besar a la Bella Durmiente.
Una multitud está reunida para presenciar tan extraordinario suceso. Hay cámaras de televisión y reporteros de otros medios cubriendo el evento.
Algunos avispados aprovechan para vender y ofrecer sus productos. Camas, colchas, batas, piyamas, pantuflas... ahora está de moda parecer dormido. También hay lociones relajantes, cremas humectantes para los labios resecos y otros artículos diversos, sin faltar por supuesto las camisetas con una gran variedad de leyendas.
Uno a uno van entrevistando a los candidatos hurgando en su vida para ver sí encuentran datos jugosos que aviven más el espectáculo.
Finalmente, después de varios días, se termina el interés y todo mundo vuelve a sus labores. Queda un reguero de basura y en el centro la mujer dormida.
El ciudadano, aquel del inicio del relato de los hechos, no se ha ido, ha quedado prendado de su belleza. Se acerca y la besa.
La Bella Durmiente despierta y le sonríe.
Se toman de la mano y se alejan en el atardecer...
Nadie ha visto esto, ni siquiera yo, porque el amor es un acto privado entre sólo dos...

Sobre el autor: Héctor Ugalde

miércoles, 2 de abril de 2014

Cuento de nunca acabar - Héctor Ugalde


Era un cuento de nunca acabar.
Comenzando con que no se decidía sí iniciar con el clásico "Había una vez", con el "Érase que se era" de gran abolengo y tradición, o con un principio moderno, corto e impactante.
Además el tema aún no estaba definido, ni tampoco el estilo. Podría ser de misterio, romántico, de terror, para reír, para llorar, para pensar, histórico, tradicional, futurista, infantil, para adultos... ¡o todo a la vez!
Y cuando creía que todo se aclaraba y resolvía, entonces la trama se enredaba, se desenredaba y se volvía a complicar volviéndose un embrollo.
Aunque decían que la historia no tenía pies, ni cabeza, ni panza, ni lengua, ni orejas, realmente tenía muchas, tal vez demasiadas...
Los personajes estaban desesperados porque de un momento a otro tenían que cambiar de papel, de ánimo, de edad y hasta de sexo, sin que se estableciera en concreto cuántos y cuáles serían los participantes.
Finalmente no había consenso en cómo terminaría la historia o sí resultaría con un final abierto.
Era la historia de todos nosotros... los que fuimos, los que somos y los que seremos... O sea: la misma historia de siempre.


Acerca del autor:  Héctor Ugalde

martes, 25 de marzo de 2014

Identidad batracia - Héctor Ugalde



Después de unas copas el extraño se fue de la lengua. -¿Sabes qué? Aquí en confianza, los batracios somos extraterrestres. De seguro conocerás esas historias que cuentan de casos en que llueven sapos. Esas han sido las oleadas para invadir la Tierra. Pasan las naves y nos dejan caer, de preferencia durante alguna tormenta. O el cuento aquel del príncipe convertido en sapo que mágicamente vuelve a su forma humana gracias al beso de una hermosa mujer. Bueno, eso me pasó a mí, así que ahora espero el beso de una rana para volver a ser sapo. Ahí fue cuando me enfurecí y lo maté. Era un traidor que en cualquier momento hubiese arruinado la misión. La rana escuchó la explicación, sonrió y besó al hombre. Él se convirtió en sapo, ella en mujer quien, sin dejar de sonreír, mató al batracio extraterrestre. Los humanos también tienen agentes infiltrados.


Acerca del autor:  Héctor Ugalde

jueves, 21 de noviembre de 2013

ELEctrizante carrera de caballo y torre (microcuento de ajedrez) - Héctor Ugalde


El caballo juguetón tenía ganas de correr, por lo que retó a la torre a una carrera hasta el final del tablero.
Soltando una carcajada, la torre aceptó dándole al caballo la ventaja de comenzar primero una carrera que creía ganada fácilmente.
Así que el caballo comenzó tomando impulso y dando un salto ELE...vado.
La torre vio el esfuerzo del caballo que a duras penas lo llevó un par de casillas más adelante y sabiendo que podía llegar de un solo movimiento a la meta, se sonrió y solamente dio un paso adelante.
El caballo entonces, hizo una cabriola ELE...mental.
La torre ya se estaba aburriendo de esta tonta carrera, y bostezando dio otro pasito imitando al peón.
En respuesta, el caballo relinchó alegremente dando un brinco ELE...gante.
Distraída en sus propios pensamientos, la torre ya no estaba al tanto de la carrera, soñando en la gloria de ser la gran y única campeona en carreras de ajedrez de todo el mundo, caminó tranquilamente otro paso.
El vivaracho equino terminó con una pirueta bien ELE...gida, y llegó a la meta.
La torre se quedó con la boca abierta. No podía creer que el caballo, con aquellos pequeños y zigzagueantes brinquitos le hubieran ganado a ella, una torre, de extrema y directa velocidad.
¡No te preocupes! Yo sé que no soy un caballo de carreras. Soy un caballo de brincos, saltos, giros y piruetas, es decir que soy un caballo de ajedrez.

Acerca del autor: 

martes, 22 de octubre de 2013

Ustedes son... - Héctor Ugalde


¡Miren! ¡Las flores han abierto y están en su máximo esplendor! ¡Cuánto verdor hay en la arboleda!
El cielo tan azul, ¡tan hermoso! ¡Sientan la luz cálida del sol sobre la cara y la piel! ¡Huelan el refrescante olor a tierra mojada! ¡Amen la vigorizante fuerza vital que nos une! !Saboreen el gusto que se paladea con cada delicado pedazo! ¡Aprecien el juego de luces entre las hojas de ese árbol! ¡Palpen la voluptuosidad de las formas! ¡Escuchen el alegre canto de los pájaros! ¡Disfruten el tenue aroma de su perfume! ¡Sientan el viento que juguetea con su cabello! ¡Sueñen despiertos las extraordinarias posibilidades! ¡Toquen la maravillosa textura de la madera! ¡Suspiren con los recuerdos que todo esto evoca! ¡Perciban la palpitante vida de la naturaleza que nos rodea! Bueno, sí no quieren ver las maravillas de la vida ¡es su problema!
Yo voy a realmente vivir mi último día. Voy a disfrutar hoy, el día de mi ejecución. ¡Ustedes son los zombies!

Acerca del autor:  Héctor Ugalde


lunes, 14 de octubre de 2013

Princesa liberada - Héctor Ugalde


La princesa se niega a seguir el papel de su historia. No quiere casarse con aquel estúpido príncipe que va a pelear con el dragón.
Así que decide liberarse y sale a dialogar con su captor. Habla con el dragón y le hace ver que lo único que recibirá de su arduo trabajo será dolor y muerte.
A continuación va a enfrentar a su padre y a su madre quienes de seguro se pondrán furiosos porque ella les arruinó su plan. Ellos le dirán que el dragón era una excelente prueba de fuerza y valor para su futuro esposo, y que así, ahora se quedará soltera.
Pero la princesa tiene tantos planes y quiere hacer tantas cosas que no le importa sí los realiza acompañada o sola, porque sólo así será feliz para siempre.
Mientras tanto el príncipe queda confundido y llora frustrado porque se le quitó la posibilidad de lucirse en una emocionante lucha con el dragón. Bueno, piensa, ya habrá otra oportunidad de liberar a una princesa que sí se deje liberar.

Acerca del autor:  Héctor Ugalde

lunes, 16 de septiembre de 2013

EGOlución - Héctor Ugalde


Al principio fue el ego...
Y Dios dijo: "¡Hágase la luz!", y el ego se hizo.
Entonces ocurrió el BIG BANG que en realidad fue el BIG EGO...
Y en el caldo primigenio, la combinación de agua, metano, amoniaco, hidrógeno y un ingrediente secreto, dieron vida al primer ego vivo...
El ego unicelular se dividió en dos egos, y luego en más, hasta formar al ego multiegocelular.
Al ego le salieron escamas, aletas, branquias y además un gran ego que no podía con él. ("¡Mira mamá! ¡puedo nadar sin manos!")
Y aquel ego se asomó fuera del agua y vio que era bueno, y salió de sí mismo y del mar, y así emergió el ego terrestre.
El ego siguió creciendo y cuando el ego era tan grande que dominaba el mundo... cayó un pequeño meteorito.
El egosaurio vio la enorme conmoción que provocó esa piedra caída del cielo ¡y se murió! (de envidia).
...
Hay quienes dicen que un pequeño ego sobrevivió.
Que fue escalando peldaños y que ahora se siente el Rey de la Creación.
Y que no ha aprendido nada...
A pesar de saber que es solamente un pequeñísimo punto, una minúscula mota de polvo, una infinitesimal partícula de ese GRAN EGO llamado UNIVERSO...
QUE SOY YO.


Acerca del autor:
Héctor Ugalde