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miércoles, 25 de febrero de 2009

El símbolo - Bruno Henríquez


Las naves del enemigo se acercan otra vez a nuestra tierra, son inmensas, tripuladas por feroces guerreros, invencibles con sus corazas refulgentes y sus rayos. Destruyen nuestras ciudades y toman esclavos entre mis hermanos.
Yo aprendí toda la historia de mi pueblo, de dónde vinimos, como conquistamos las montañas y los ríos, dónde y cuándo vivió cada uno de los grandes hombres; conozco cada yerba de los montes y el nombre de las piedras, aprendí también el conjuro de los dioses y las fuerzas ocultas de las cosas. Sé fingir obediencia al extranjero y me dejaré llevar por sus naves a su mundo, para allí enseñar a mis hermanos el camino de regreso o quizás uno más largo
Ahora parto, soy prisionero entre corazas y rayos voy enjaulado como un animal salvaje rumbo a tierras extrañas. Frente a mí veo que el símbolo del dios del invasor tiene la misma forma de sus armas, las mismas que se clavan en la piel de mis hermanos, pero en el símbolo hay un hombre clavado de pies y manos, como para no caer cuando las olas del mar mecen las naves.

miércoles, 21 de enero de 2009

Contacto en el mundo Trisex (primera de tres partes) - Bruno Henríquez


Eran seres trisexuados, como no puedes imaginar.
No había goce si no estaban los tres, uno el óvulo, otro la esperma y el tercero el catalizador, sin ese no había fecundación. El macho, la hembra y el enlace.
Pero en lo demás era parecido, no había romance sin el tres, los extraordinario era que todos cambiaban y tu sexo no era fijo, pero las tríadas adecuadas eran  aquellas que cambiaban en forma cíclica del mismo orden  y resultaban siempre la misma tríada. En otros casos había que buscar una tercera parte pues se creaban dos c, o dos a o dos b y faltaba otro de los elementos, aunque se contaban historias de aberrados que hacían el amor de a tres del mismo sexo, o sexo de dos y uno, los peor vistos eran los catalizadores en grupos de tres pues eso equivalía al sexo por el sexo y aunque en su desarrollo habían logrado independizar el sexo de la reproducción era mal visto hacerlo de forma tan poco ortodoxa.
Los celos eran otra cosa y las pasiones, antes de llegar a la muerte o el asesinato se entregaban a un sexo desenfrenado y más aberrado de lo esperado, por eso no se sabía cual era el verdadero goce, el cariño, lo sensual, la venganza o la aberración.
¿Qué de la divina trinidad, o santísima idem?, sin misterio.
¿Qué de cuando se decía las compañeras, los compañeros y les compañeres? Las perras, los perros y les perres. Porque, eso sí, no había discriminación, ni machismo, ni hembrismo, ni enlacismo y en una época se exigió que al mencionar a uno de los grupos o sexos se mencionaran a los tres, con lo que se rompieron las poesías, los doble sentidos (bueno en ellos eran triple sentidos), la prosa poética, el cinismo, el sarcasmo, la critica y el teque, todos perdieron en su redacción y si a nosotros con dos géneros nos molesta, imagínense a les pobres (las pobras, los pobros).

Fin de la primera parte.
P.S. Si nunca segundas partes fueron buenas ¿Qué quedará para las terceras?

jueves, 25 de diciembre de 2008

Caos - Bruno Henríquez


Aleteó la mariposa monarca en una selva mexicana y el tifón causó estragos en Nueva Zelandia. No, no puede ser tan fácil, pensó mientras volvía a introducir las variables en la computadora. Manejó los iconos, tomó información en tiempo real. Allí estaba otra vez el gran atractor, la ley, la cuerda que enlazaba los sucesos a través del caos de lo real.
Se definió a sí mismo en la consola y se sopló la nariz, eso bastó para que Boris Yeltsin se torciera un tobillo en el Kremlin y se ahogara un bañista en las Bahamas. Bostezó y mil peruanos se salvaron de morir de la malaria.
Todo estaba ahí reflejado en la máquina y confirmado por las noticias en Internet.
Con paciencia y un programa adecuado podía lograr lo que quisiera.
Programó: Salud, dinero, larga vida, para lograrlo en algún lugar de Europa una persona debía saltar de la cornisa de un edificio en llamas antes de dos horas.
¿Que alguien muriera para que él cumpliera un deseo? Era cruel.
Se levantó, tomó café, dio vueltas por la habitación, en la pantalla los iconos saltaban se mezclaban y enlazaban nuevas vías en los ocultos y caóticos caminos del destino.
Pasaron las dos horas y no hizo nada por causar o evitar el salto del problema.
El icono salud brillo, señaló un enlace entre él y Pekín.
En Tien An Men estallaron los fuegos de artificio, volaron espantadas las palomas que engendraron tormentas en Brasil, la caída de la bolsa en New York y un apagón en La Habana que le borró irremediablemente su programa.

lunes, 22 de diciembre de 2008

La novela del Mono - Bruno Henríquez


Circula la teoría de que si un mono golpease de forma desordenada, durante el tiempo suficiente, el teclado de una computadora, debido a las probabilidades y la ley de los grandes números podría resultar una obra coherente, en especial Romeo y Julieta de Shakespeare. 
Claro que haría falta presupuesto, un cronograma de trabajo, los especialistas para ejecutar y coordinar las actividades, un tribunal especializado, un laboratorio adecuado y las computadoras o los ordenadores como dicen los españoles al copiar a los franceses, en lugar de hacer como nosotros en América que no copiamos a nadie de Europa, (salvo los argentinos) sino que copiamos a los norteamericanos.
Se tomaron cien monos entrenados y se les puso ante el teclado de las computadoras conectadas en red (ordenadores, porque el experimento se hizo en España, en específico en Lugo, como se imaginarán en Galicia).
Los monos al teclear de manera incontrolada, aleatoria, estocástica, al fin en pleno desorden, creaban en el procesador central un flujo de letras que se combinaban en cien documentos que se comparaban entre sí para crear de forma continua las palabras posibles para engendrar un texto, el cual, si bien no tenía por qué ser coherente, estaría formado al menos por palabras existentes en nuestro idioma.
Al final se analizaría si el resultado, como la hipótesis planteada, se correspondía con Romeo y Julieta de Shakespeare en la traducción del Abate Galíndez de 1695.
Tal y como decían los más escépticos, el resultado, según discutieron los académicos había sido completamente negativo. En toda la obra resultante no aparecían ni una vez los nombres de Romeo o Julieta y mucho menos alguna referencia a Montescos o Capuletos.
El jefe del equipo de ilustres especialistas ibéricos le comunicó, con gran pesadumbre, al presidente del tribunal, un académico inglés especialista en lingüística e informática que hablaba el español con acento chicano, el resultado negativo y el abandono de la hipótesis así como la proposición de prohibir, en todo el territorio ibérico, cualquier comentario acerca de las posibilidades probabilísticas de que los monos pudieran escribir la obra Romeo y Julieta de Shakesperare. 
—De todas formas, doctor —dijo el académico principal—, el tribunal estaría agradecido si usted leyera algún fragmento del resultado, por ejemplo el principio, para tener una idea de cómo se combinan palabras correctas en un texto aleatorio.
—Bien, si usted insiste, excelencia —dijo el especialista español con cierto desgano—, procedo a la lectura:
“En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme…”

sábado, 20 de diciembre de 2008

Superpoderes: Fuerzas - Bruno Henríquez


Al principio, con sólo pensarlo, se mueven cosas ligeras, se sacuden objetos pequeños, se pulsan botones. Después se adquiere experiencia, crece la fuerza y se desarrolla una habilidad que raya en el virtuosismo, se pueden mover muchas cosas a la vez, en forma coordinada, con ritmo y hasta con gracia.
Pero también se desatan de forma involuntaria las emociones, como cuando se da un puñetazo sobre la mesa o se tira la puerta. Lo que en el caso mental se manifiesta porque, entre otras cosas, se rompen vajillas enteras o saltan los fusibles. Una persona controlada no tendrá esos arranques, y son los controlados los que pueden llegar a ser psicodinámicos, pero alguien así puede llegar a aburrirse o se incomoda o comienza a hacer movimientos involuntarios, como el perro cuando mueve la cola o cuando se tamborilea con los dedos y esto en muchos casos puede producir una perturbación periódica, monótona, resonante.
Ese es el caso más grave y eso fue lo que pasó aquí cuando se desencadenó la avalancha, primero el apagón, luego el aburrimiento. La casa de nuestro más poderoso psicodinámico fue el epicentro del terremoto.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Superpoderes: Rayos - Bruno Henríquez


Los rayos que salían de sus ojos desintegraban a sus enemigos, derretían los autos, hacían volar en pedazos las armas que le apuntaban. Pero cuando disparaba no veía, así que tenía que lanzar pequeños destellos, como parpadeos, pero igual de mortíferos; no podía entonces desviar la mirada, ni fijarse en algo hermoso ya que si por casualidad se sorprendía o asustaba, sus reflejos le hacían disparar; así acabó con más de un jardín o una muchacha hermosa..
Ahora lo perseguían y él era inocente de lo que se le acusaba. Por eso los miró con la intención más destructora. Esta vez los rayos se reflejaron en los trajes metálicos y los escudos. Cambió la intención y sus perseguidores se disolvieron en una baba pestilente, sus vehículos se volvieron polvo y sus armas se evaporaron en torbellinos iridiscentes.
El no era culpable, había sido sin querer, no lo haría más.
¿Qué no haría más? ¿Volver al lugar, mirar lo mismo, pensar igual o soñar con los ojos abiertos?
Ahora se acercaban con el arma definitiva, era una sombra, era la oscuridad absoluta. Él podría atacar, pero sin saber qué ni a quién.
Ya lo rodeaban. Se oían el juicio instantáneo y la sentencia. Los ojos por siempre tapados, las imágenes inducidas, la visión diferida y por si acaso la prohibición absoluta de visitar museos ni observar obras de arte.

domingo, 14 de diciembre de 2008

Atrapados - Bruno Henríquez


Se sabía que el monstruo era del tipo de los que devoran las dimensiones. Se supo desde que apareció en nuestro mundo tetradimensional y se asentó en su territorio. Como monstruo era magnífico y con su magnetismo subyugaba a todos los que caían en su esfera de influencia. En el universo de cuatro dimensiones podía engullir a cualquiera y mantener la vida de los que cayeran dentro del radio de lo colapsado sin dejarlos escapar al espacio real.
Así se comió la altura y todas las aspiraciones quedaron aplastadas, era imposible elevarse o profundizar, todo era plano, pero el plano tenía infinitas direcciones y el errar de sus subditos incomodaba al monstruo que decía moverse en una dirección clara y definida, pero que erraba en el estrecho plano de sus ambiciones. Hasta que decidió devorar la distancia. Todo se estrechó en un haz sin espesor, sólo quedó una línea en la que se movía el monstruo. Los atrapados en el mundo del monstruo sólo tenían dos opciones en la via del monstruo: a favor o en contra. Y siempre con el peligro de ser comidos ya fuera por exceso de celo al moverse con él o por castigo al moverse en su contra.
Pero en un mundo que fue tetradimensional quedaba el tiempo, la posibilidad de encontrar alguna solución en el futuro o el pasado. Así escaparon y acabaron con el monstruo la avalancha de imágenes y recuerdos del pasado mezcladas con amenazas de futuro. Y las mentiras del monstruo en una sola línea diciendo que eso era todo el universo, hasta que en un ataque de ira se devoró a si mismo; se derrumbó en un punto de no existencia, de dimensión cero.
                          
Se sabía que el monstruo se alimentaba de las dimensiones. Se sabía que había surgido de un punto y se desplegaba cada día con más fuerza hasta asentarse en nuestro territorio. Subyugó a todos con su magnetismo, se hizo fuerte, y para no fallar, lo primero que se comió fue el tiempo, convirtiéndolo todo en el contenido de un sólido inmóvil, sin pasado y sin futuro, siendo él el dueño de la historia. Después devoró la altura y aplastó a todos en su plano, devoró la distancia y en la línea estamos esperando, sin tiempo y sin esfuerzo, a que el monstruo nos coma o nos ignore.