—Su Excelencia, tenemos la información que habías solicitado.
—Magnífico, Consejero, magnífico. Hazme un resumen.
—Como ordene, Su Excelencia. Siguiendo el plan, previo a la invasión el planeta llamado Tierra para esclavizar a todos los seres que lo habitan, era necesario conocer su idioma para transmitirles nuestro ultimátum.
—Al grano, Consejero, al grano.
—Sí, Excelencia, disculpad. Hemos descubierto que ese planeta alberga muchos y variados idiomas, pero hay tres que se utilizan masivamente: inglés, chino y español. Este último es el mejor constituido y completo, pues lo organiza una tal Real Academia Española. De hecho, he aprendido mucho de ese idioma y sólo me resta mejorar la estructura de las frases. En poco tiempo podría dominarlo por completo.
—Bien, perfecto. Continúa.
—Sí, Su Excelencia. Ocurre que la RAE es demasiado sofisticada y con un vocabulario inmenso. No obstante hemos dado con una solución que acortaría el tiempo de aprendizaje; hace poco hemos detectado una organización llamada Taller 7.
—¿Ah, sí? ¿En qué consiste?
—Se trata de un grupo humano que mueve un enorme volumen de información a través de lo que dan por llamar Internet. En síntesis, por lo que he podido entender, Taller 7 enseña a escribir y presentar textos de forma correcta. En poco tiempo podríamos dominar el idioma y formular el escrito del ultimátum meridianamente claro.
—Magnífico. Proceded.
Transcurridas cuatro semanas...
—Su Excelencia, debo informaros que el plan ha fracasado por completo.
—¡Cómo! ¡Qué ha sucedido!
—Después de pasar por una humillante selección, logré ser admitido en ese grupo hermético.
—¿Y dónde está el problema?
—El problema, Su Excelencia, es que el numeroso grupo de humanos del Taller 7 estaba conducido por un equipo tan terrible como eficaz. Lo dirige con mano férrea SGvH, y se llaman a sí mismos los Moderadores.
—Pues moderador no entra en mi vocabulario pero, hasta donde yo sé, no es una palabra ni terrorífica, ni beligerante. Explícate.
—Envié mi primer borrador. Al poco me lo devolvieron porque no había comentado escritos de los compañeros. Volví a mandarlo de nuevo y un tal J. V. me envió el siguiente mensaje:
"Esto es una burla. No te has molestado en repasar nada, ni en leer las normas, ni los mensajes que envío al Taller. Estoy cansado de que gente como tú me haga perder el tiempo, pero voy a hacerte una lista:
1.- Tu nombre no figura en el nombre del archivo.
2.- Tampoco figura el número del ejercicio.
3.- Los guiones de diálogo son incorrectos y están mal utilizados.
4.- El tema del relato no corresponde a la consigna, que tampoco has leído.
Sugerencias:
1.- Aprende ortografía
2.- Lee las normas del Taller y la consigna del ejercicio.
Es el último aviso.
J.V.O.
—¿Y qué hiciste ante tal magna afrenta, mi fiel Consejero?
—Harto de la situación, les envié directamente el ultimátum, para que firmaran su rendición sin condiciones.
—¡Bien hecho! Ya se han rendido, ¿no?
—No, Su Excelencia. Lo han rechazado porque estaba mal redactado, y al mismo tiempo cumplieron con el formulado por ellos: me han echado a patadas del Taller 7.
—¡Insolentes!