miércoles, 28 de agosto de 2013

Una gota - Ana Caliyuri


La memoria es una senda que nos transita a la medida de cada uno y con estilo. En ella habitan los recuerdos y también vibran los olvidos. Es ese manantial tácito que habla de nosotros sin siquiera percibirlo, tal vez por ese afán de creernos irrompibles, únicos e irrepetibles es que transcurrimos con ella a cuestas distraídamente. A veces las reminiscencias remotas semejan una puerta en reversa como la vida misma; otras veces son islas con voces de vuelos extintos. Entonces me pregunto por ese infinito que me mantiene en vilo; ese colmo que rumorea en mi alma y que tiene faz de sueño, de bramido o de simple misterio cual corcel indomable haciendo por el aire sus pininos. Y pregunto para responder a la boca que concluye un terrenal destino. Otras veces, río del tiempo que reposa conmigo o sin mi; entonces entre la memoria, los olvidos, el infinito y el alma misma sólo quedan en pie los sentires que a pesar de guardar magnificencia cuando son genuinos son factibles de ser revelados con tan sólo una lágrima tibia. En definitiva, colijo: aquello que es excelso e inquebrantable está a la espera húmeda y blandamente en nosotros mismos.

Acerca de la autora:  Ana Caliyuri

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