jueves, 4 de febrero de 2010

El nombrador - Daniel Frini


Ocurrió en el principio. Quiso Yahvé que Adán entendiese la necesidad de contar con una compañera, haciéndolo ver que cada animal tenía una. Para ello lo mandó a nombrar a los animales; y que así los conociera león y leona, lobo y loba, oso y osa. Dice el Génesis: “Adán puso nombre a todo ganado, y a las aves del cielo, y a todo animal del campo”. Pero Adán vio muy pronto que no era suficiente nombrarlos “caballo”, “buey”, “elefante”, “paloma”. Fue necesario encontrar un sistema jerárquico para clasificarlos en especies, géneros, subórdenes, órdenes, familias, sub clases, clases, subtipos, tipos y reinos, decidir entre monofiletismo y parafiletismo. Se hizo imprescindible diferenciar entre procariotas y eucariotas, autótrofos o eterótrofos; reconocer equinodermos, vertebrados, urocordados y cefalocordados; deuterostomos y protostomos; platelmintos, nematodos, anélidos, artrópodos y moluscos; celomados, pseudocelomados y acelomados; ectodermo, endodermo y mesodermo, diblásticos y triblásticos, cefalización, metámeros y proglótides, poliquetos, oligoquetos e hirudineos, agnatostomados y gnatostomados. Estudiar la simetría bilateral, esférica, pentámera y radiada, o la ausencia total de ella; la segmentación, la gastrulación y la organogénesis; el grado de semejanza bioquímica, y las comparaciones morfológicas o estructurales. Aparecieron, además, problemas para ubicar a algunos organismos; tales como la elysia chlorotica, o las hormigas formicinae y myrmicinae; o la filogenia de la attini. Y, además, ¿dónde ubicar a los virus? Por otra parte, estaba claro que el mensaje de Yahvé tenía que ver con que Adán y su compañera poblasen la Tierra; pero ¿cómo se entiende, entonces, la reproducción asexual de las bacterias, sin que exista meiosis, formación de gametos o fecundación? ¿qué de la plasmatomía y el enquistamiento? ¿Y la gemación, la esporulación, la fragmentación, la conjugación, la automixis o la regeneración? ¿Y dónde ubicar al anthia, capaz de cambiar de sexo?... Yahvé movió negativamente su cabeza y le dijo a Adán:
—Dejá, nomás, deja. Tomá, acá te hice a Eva. Yo me encargo de esto de nombrar a los animales. Ustedes dos vayan a jugar al Paraíso; y no me jodan al menos por dos eones.

2 comentarios:

Víctor dijo...

El relato es gracioso, Daniel. Y el detalle de Dios hablando en argentino no tiene precio (por lo menos para un catalán, no acostumbrado a escuchar a las divinidades con ese acento). Y sí, mejor que Adán y Eva se diviertan un rato y que Dios se dedique a poner los nombres, que debe saber más.

Saludos.

Ogui dijo...

Muy bueno, Frini! Ahora entiendo algunas cosas... pero todavía no saben dónde meter a los priones... que son los primos de los eones en que lo dejaron de molestar a Yah(vasa)vé(r)... Tu analítico Adán habrá podido con su mente y se habrá divertido por dos eones o... metió la pata?