viernes, 4 de diciembre de 2009

De emprendedoras - José Luis Vasconcelos


Lady Pucha recibe una herencia. Sabe que su dinero no debe estancarse; revisa diarios, contrata asesores y los envía a recorrer ciudad Mora para que investiguen en qué negocio invertir. Los asesores buscan y encuentran: cucharas.
Lady Pucha construye su fábrica de cucharas. Lamentablemente esa idea también nace en las mentes de lady Chocho, lady Cosita y lady Rajita.

Meses después ciudad Mora posee varias fábricas. Las cucharerías se atiborran con productos. De pronto no cabe ni una más. Ciudad Mora es la reina de la contaminación visual: "La cuchara es vida", "Cucharear o no cucharear, he ahí el dilema"... La demanda crece y la producción fabril no cesa.

Un día los moralinos no compran más cucharas. El efecto cuchara lastima severamente a las propietarias de las fábricas. Lady Pucha baja el precio. Lady Chocho lo reduce más que Pucha. Lady Cosita vende al 2 x 1 y lady Rajita regala sus productos a naciones emergentes para fingirse buena. Finalmente todas se deshacen de sus cucharas, despiden obreros, rematan máquinas y se van a sus mansiones a pensar qué nuevo negocio emprender.

Pasa el tiempo y las cucharas comienzan a estropearse, la gente adquiere nuevas, los comercios especializados agotan sus existencias, y ante la escasez su valor aumenta.

Ninguna de las antiguas emprendedoras viven ya en ciudad Mora, así que una tal lady Clit concluye que sería bueno construir una fábrica de cucharas. La misma idea germina en las mentes de lady Colita, lady Bollo y lady Felpudo.

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