Para Florencia, Agustina y Trinidad
Llueve. Hace casi cuarenta días que llueve pero no hay vastedad líquida porque lo que cae no es agua sino un chubasco de partículas radioactivas. Menos mal que algunos pudimos escondernos en los refugios y logramos apropiarnos de estos trajes que nos protegen.
Todo es desierto.
En la tierra ya no queda casi nada.
Mientras los técnicos terminan los aprontes para la partida de la nave en busca de algún planeta donde pueda sobrevivir la humanidad, pienso en cuanta vida mancillada.
El cataclismo nuclear no ha respetado nada… Absolutamente nada.
La nave ha sido bautizada con el nombre de “Arca”, pero estoy seguro, completamente seguro, que ninguno de los que viajarán conmigo en este viaje de ventura dudosa, sabe que mi verdadero nombre es Noé y que esta es la segunda y definitiva vez que emprendo un viaje como este.
1 comentario:
Eso sí que es pagar karma.
Publicar un comentario