lunes, 15 de diciembre de 2008

El probador de comidas - Juan Torchiaro


Calza en la sobaquera del lado izquierdo una nueve milímetros que nunca tendrá ocasión de ostentar. Siempre de impecable blazer oscuro, abrochado muy a pesar de su abdomen, y anteojos ahumados. Sonríe. Sabe que no es un héroe, ni siquiera un jefe. Sólo es el probador de comidas. Su patrón es un conocido hombre público, odiado por muchos. Piensa en ello y sonríe. Recuerda las humillantes clases de taekwondo y la gimnasia en aparatos. No participa de ideologías. Sería el fin de su oficio. Pero tiene una íntima convicción: se ha jurado por sus hijos que el día que sienta el sabor del veneno, será capaz de resistir con una sonrisa hasta que todos hayan comido. Es glotón, lo tiene asumido y sonríe. Sonríe plácidamente tras sus lentes oscuros mientras observa la mesa. Observa y transpira. Entre nubes, sin pestañar, observa a su patrón y a la reducida comitiva que se hallan a punto de terminar el almuerzo.

1 comentario:

Clausuber dijo...

Me encantó el personaje, en pocas pinceladas delineaste toda una novela.