lunes, 15 de diciembre de 2008

El mes en que se rompió el PC de Sergio Gaut vel Hartman – Stefano Valente


Diciembre 2008 será siempre recordado como "el mes en que se rompió el PC de Sergio Gaut vel Hartman". 
Entre los escritores, los amigos y los refugiados políticos no tardó en cundir el pánico, como se pueden fácilmente imaginar. Orgulloso como todos los argentinos, Gaut vel Hartman negó categóricamente todo ofrecimiento de ayuda (¡y se dice que llegaron de todo el mundo!). Para resolver el problema preguntó en este orden: a la gloriosa empresa Zbigniew Computación (cerca de la Casa Rosada); al equipo técnico de emergencia “Los Once del Once”; al “doctor Gueits” (un experto local, muy poco confiable y vecino de su casa) y a “Reparaciones Mano de Dios del Río de la Plata”. Innecesariamente. Y con no poco gasto de dinero. 

Por último, en una noche de bochorno y mosquitos, a punto de finalizar el año, Sergio capituló. 
Dos breves golpes, una pausa, otros dos golpes. Toc-toc. Toc-toc. La señal convenida. 
La puerta chirrió sobre sus goznes con un gemido de abuela muerta. 
Sergio se estremeció al ver la montaña de carne. La montaña de carne observó a su vez a Sergio y con inconfundible acento mexicano dijo: 
—Hola, soy Tupac China Saigon. Me manda Ricardo Bernal, del de efe.
Sergio todavía recuerda esa noche como una pesadilla interminable. 
El enjambre de mosquitos alrededor de Tupac China Saigon era como una manada de nubes que anuncian la tormenta. Tupac China Saigon pedía cerveza, otra cerveza y otra. —Ya que sin cerveza no entiendo un carajo de estos equipos del carajo. —La habitación estaba inundada por la luz azulada de la pantalla de PC y el olor a sudor. 
—¿Cómo va? —preguntó en cierto punto, tímidamente, Sergio Gaut vel Hartman. Tupac China Saigon, completamente borracho, profirió un gruñido de jabalí, sin hablar, mientras que en el monitor, por un momento, aparecieron dos rostros idénticos a los de Kafka y Borges, aunque Sergio creyó que se trataba de una alucinación. 
A continuación, el destornillador cayó de las manos de Tupac China Saigón, y la montaña de carne le asestó un tremendo mamporro al teclado de la PC. —¡Pinches mosquitos! —rugió encolerizado. 
Así, con esa violenta bofetada, o quizás no (no es importante), el equipo de Sergio Gaut vel Hartman fue reparado. 
Tupac China Saigon no quiso dinero (de eso se encarga Ricardo, dijo), sólo otro par de latas de cerveza. Estaba haciendo chirriar de nuevo la puerta y se precipitaba en la madrugada porteña cuando Sergio Gaut vel Hartman osó preguntar: 
—¿Qué era? ¿Un virus, eh?
Tupac China Saigon giró sobre sí mismo, lo contempló con sus dos ojitos inyectados en sangre, amarillos de cerveza, y refunfuñó: 
—¿Virus? No, no hay ningún virus. Nunca he visto una cosa así, carajo. No sé cómo explicarlo, mi amigo, o qué significa, pero en el Distrito Federal tenían razón. Me dijeron: "En el PC del tipo de Buenos Aires, debe haber algo..." 
—¿Algo...? —le hizo eco Sergio Gaut vel Hartman. 
—Algo químicamente impuro —dijo la montaña de carne, Tupac China Saigon. Y eructó.

Título original: Il mese in cui si ruppe il pc di Sergio Gaut vel Hartman

4 comentarios:

Arcángel Mirón dijo...

Excelente!

:)

Ogui dijo...

Sei un genio Stefano! Firma: Tupac China Saigon.

Olga A. de Linares dijo...

Buenísimo!

Stefano Valente dijo...

Gracias a todos.

Pero el mérito es todo de Tupac China Saigon...