Un anciano llamado Chunglang, que significa “Maestro Roca”, tenía una pequeña propiedad en la montaña. Sucedió cierto día que uno de sus caballos se escapó y los vecinos se acercaron a expresarle sus condolencias.
Sin embargo, el anciano replicó:
—¡Quién sabe si esto es una desgracia!
Y he aquí que el caballo regresó varios días después, y traía consigo a toda una manada de caballos cimarrones. De nuevo se presentaron los vecinos y lo felicitaron por su buena suerte.
Pero el viejo dijo:
—¡Quién sabe si este ha sido un suceso afortunado!
Como tenían tantos caballos, el hijo del anciano se aficionó a montarlos, pero un día se cayó y se rompió una pierna. Otra vez los vecinos fueron a darle el pésame, y nuevamente les replicó el viejo:
—¡Quién sabe si esto ha sido una desgracia!
Al año siguiente se presentaron en la montaña los comisionados de “los Varas Largas”. Reclutaban jóvenes fuertes para servir al emperador como mensajeros y para cargar su litera. Al hijo del anciano, que todavía estaba impedido de la pierna, no se lo llevaron.
Chunglang sonreía.
2 comentarios:
Qué maestro!
Héctor
Ese "cuento" de Hermann Hesse es una parábola taoísta del filósofo Liehtsé llamada 'Anciano del Fuerte'. Me cuesta pensar que un brillante escritor como él plagie descaradamente y se atribuya una historia que no le pertenece. Prefiero creer en la desaprensión o ligereza de un copista distraído.
Ezequiel Alessandro Sanz
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