—Buenos días.
—Buenos días, ¿en qué puedo ayudarle?—Mire, hace un mes compré esta unidad para el aseo del hogar y ahora resulta que no está funcionando bien.
—Ajá. Déjeme ver… ¿Qué le ocurre, puntualmente?
—Luego de comenzada cualquier tarea, el equipo se queda tildado por completo durante unos minutos. Después vuelve a empezar, y a parar, y así sucesivamente. He observado que no ventila bien y que la temperatura se eleva demasiado.
—¿Ha tenido los recaudos necesarios?
—¿A qué se refiere?
—A seguir las instrucciones del manual en cuanto a mantenimiento y precauciones.
—La verdad es que ando escaso de tiempo y se me ha complicado para seguir al pie de la letra las indicaciones de fábrica.
—Entonces hemos encontrado una posible explicación al problema. Discúlpeme que se lo diga de esta manera, pero es natural que la unidad termine en estas condiciones si no se cumple adecuadamente con el protocolo de cuidado. No me entra en el gabinete cómo hoy en día una computadora puede ser tan irresponsable.
—Lo entiendo y asumo la responsabilidad. Supongo que la garantía no cubrirá nada. Lo único que deseo es tener a este humano funcionando de nuevo como corresponde.
—Bien, pero no va a ser sencillo.
—¿Tiene alguna idea de qué pasa?
—Parece que tiene un virus. Por los síntomas que me describió, debe tratarse de alguna variedad de influenza. Puedo usar un antivirus, aunque tomará un par de días.
—No puedo esperar tanto...
—Entonces tendré que formatear. Pero sale más caro.
El autor: Héctor García
1 comentario:
Muy buen remate!
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