Con una energía surgida del miedo, con un potente derechazo se sacó de encima la pelota y con ella todo tipo de responsabilidad.
El balón gira egoncéntricamente sobre si mismo, como acurrucado, vuela como bala, como carne de cañón.
El botín derecho; nene atate los cordones; salió volando detrás de la pelota persiguiéndola y ambos en la noche en el aire, evidenciaron su deseo de permanecer juntos o dominados.
Wilson Washinton Waldemar Crosa, mas conocido como Triple W, Uruguayo de nacimiento y goleador por adopción, fue a recibir lo que no podríamos denominar pase.
Wilson con los brazos en alto para darse envión en el salto se elevó en la media luna del área cabeceando el balón, sin darse cuenta, sin sentir el golpe contra su brazo izquierdo del botín que se lo arrancó con precisión quirúrgica.
Todos quedaron por un instante sin reacción sin moverse de su lugar como jugadores de metegol.
La pelota rebotó en varias cabezas hasta que estando a punto de entrar al arco se cruzó con el brazo izquierdo de Triple W. Entraron juntos brazo y balón.
W.W.W. Levantando su único brazo disponible quiso festejar pero al sentir ese pinchazo punzante e insoportable solamente pudo gritar de dolor, todo comenzó a dar vueltas a su alrededor, todo se volvió, borroso, en blanco y negro, salvo el amarillo de la tarjeta que le mostraba el arbitro quien al mismo tiempo que autorizaba el ingreso de la asistencia medica le explicaba que no le quedó otra alternativa que anular el gol ya que la mano no se encontraba pegada al cuerpo. Este gol, aunque no cobrado, fue el último de la carrera Wilson Washinton Waldemar.
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Mario César Lamique
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