sábado, 1 de junio de 2013

Mosquita muerta - Alejandro Hugo González


Con esa cara de mosquita muerta lo empezó a seducir en mis narices (ella era amiga mía) desde el momento mismo en que los presenté. Con esa cara de mosquita muerta, viendo que él no tenía ojos más que para mí, comenzó a recurrir a esas argucias que tan bien conocía ella: velas rojas, brebajes, invocaciones. Con esa cara de mosquita muerta, al ver que ni con su magia lo tendría, se las ingenió para venir un día a visitarnos, cerrar por dentro todas las puertas y ventanas y disparar finalmente sobre él ante mis ojos aterrorizados. Con esa cara de mosquita muerta con la que ahora me hace burla desde el piso, en esta habitación hermética, sellada, donde los investigadores, pese a mis llantos y a mis juramentos, no encuentran más que el cuerpo, aún tibio, tendido sobre el sofá, mi mano en la pistola y una casi invisible mosca muerta a la que nadie, salvo yo, presta atención.

Sobre el autor: Alejandro Hugo González

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