sábado, 15 de junio de 2013

Desvarío - Cristian Cano


Los dos esperaban que la quiniela galáctica realizase los sorteos y fue en uno de aquellos momentos de tensión absoluta en los que Seis Puntas acuchilló a su compañero antes de que éste le disparase a quemarropa. La policía se encontró despistada cuando comprobó que las víctimas tenían un sólo número para el juego. Habían comprado el ticket a medias en la sucursal del Cíclope suertudo, que queda en Pico. El número es el 96, el mismo que salió a la cabeza. La Grande Supergaláctica casi nunca sale y al Comisario le temblaron las rodillas cuando desenrolló el papelito manchado de sangre: Setecientos mil trillardos de créditos pagaderos en dos veces. Observó el suelo y los cuerpos, y después le clavó la vista a su compañero novato. Dijo en voz alta que era demasiado crédito y el agente novato comparó ideas diciendo que él colmaba su heladera con veinte credines a la semana. La mano del Comisario Montalbán se acercó a la funda de su phaser y el joven académico le preguntó si quería quedarse solo en la escena del crimen. Levantando la pera y haciendo un ademán de desprecio, le contestó que sí. Cuando estuvo dentro de la patrulla trató de imaginar semejante cantidad de crédito. Una en mil millones, se dijo. Minutos después no dudó en denunciarlo.


Acerca del autor:  Cristian Cano

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