martes, 2 de octubre de 2012

Terror nocturno ― Cristian Cano


El ébano nocturno empujó la puerta. Siempre que me quedo acá la puerta se mueve. Estoy seguro de que se da cuenta cuando alguien se queda acá dentro. No veo la hora de que el amanecer me de la pauta segura. Ya no quiero aguantar más esta locura. No quiero. He visto cómo se mueven las puertas y ventanas, es diferente. El viento no tiene nada que ver en todo esto. Puedo dar cátedra específica sobre puertas que se mueven. Les aseguro que ahora está afuera, con ganas. Me tiene ganas. Lo sé porque siento su hambre. Es un remolino de rojo y negro, uno que te atropella, te vapulea y te desorienta.
Ni bien pueda salir de mi escondite voy a correr con todas las fuerzas que tenga en las piernas. El desconsolador ébano que aplacó la vida no tiene por qué vencerme. Tengo que darme una oportunidad. Debo darme una oportunidad. Sólo así voy a lograr arrastrarme por el largo camino hasta la isla de la conciencia.

Acerca del autor: Cristian Cano

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