sábado, 30 de junio de 2012

Los nuevos esclavos – Sergio Gaut vel Hartman


Había una ventana que daba al exterior, aunque no era mucho mayor que el ojo de buey de una fragata del siglo XIX. Sin embargo, la visión del vacío que se abría al otro lado me produjo una sensación indescriptible. Tau Ceti, un sol enceguecedor, ocupaba la mayor parte del panorama, y no pude dejar de pensar que había pasado varios siglos como un simple código binario, antes de ocupar el nuevo cuerpo que la Empresa me asignara antes de partir. Mecánicamente, extendí el brazo para conectar los filtros que evitarían daños a mis ojos. Debía recordar todo el tiempo que yo no me pertenecía, que era un esclavo al servicio de la Empresa, que había sido reclutado cuando, a punto de morir, toda mi memoria, mis recuerdos prácticos y los otros, personales, fueron a parar a una caja negra de la que emergieron cuando la nave ingresó al sistema de Tau. El tercer planeta, una vez más.
—Yang, a trabajar. No lo trajimos hasta aquí para que mire por la ventanilla; esto no es un viaje de placer.
Me encogí de hombros. Todavía no estaba seguro del carácter de mi nueva existencia, si era un premio o un castigo ser una especie de zombie al servicio de la Empresa. Pero decidí disfrutar la experiencia, hasta donde fuera posible. Percibí mi cuerpo como algo mecánico, artificial, aunque había sido fabricado con mis propias células; era un objeto eficiente y mi obligación era colonizar Germine, la segunda cuna de la humanidad. Fue en ese momento que una noción agradable ocupó mi mente. La nave había transportado un millar de cuerpos, pero solo cincuenta eran machos. Me esperaba una enorme tarea si quería cumplir con el mandato de la empresa: alcanzar la masa crítica de población necesaria para que la colonia fuera sustentable antes de treinta años.
—Insisto, Yang; Marie lo espera en el cubículo 157. Recuerde que usted nos ha salido muy caro y que tiene que empezar a producir trabajadores desde este mismo momento. ¿O se cree que vamos a colonizar otros planetas con clones vagos y mal entretenidos?


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1 comentario:

Nedda González Núñez dijo...

Muy bueno. Entre la CF y el Martín Fierro. O "De cuando la fantasía puede tornarse en pesadilla" :-)