miércoles, 6 de junio de 2012

La histeria se repite - Nicolás Ferraiolo


Dios invitó a Moisés a golpear una piedra, pues Él decidió que de ahí saldría el agua que calmara la sed de los israelitas. Moisés, envalentonado por la incitación de sus voces, resuelto golpeó dos veces esa piedra que, claro, se abrió y, felizmente, brotó la saciedad. Pero quién sabe por qué, luego de hacerlo como Dios manda, Moisés recibe el feroz desprecio de Yahvé; en castigo el pastor Moisés nunca pisará esa Tierra Prometida hacia la que tanto había andado. Los cabalistas aún se preguntan sobre este pasaje oscuro.

La señorita García invitó al señor Pérez a tomar una cerveza, pues ella decidió que de ahí saldría el encuentro que calmara la sed de los enamorados. Pérez, envalentonado por la incitación de sus pares, resuelto golpeó dos veces esa puerta, que, claro, se abrió y, felizmente, brotó la saciedad. Pero quién sabe por qué, luego de hacerlo como Dios manda, Pérez recibe el feroz desprecio de la señorita García; en castigo el señor Pérez nunca más verá a esa señorita hacia la que tanto había remado. Los amigos de Pérez ya no se lo preguntan.

Nicolás Ferraiolo

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