jueves, 1 de diciembre de 2011

Último diálogo - Fabián García


—Estas viejo y más gordo —dijo el pájaro desde el patio, mirando con desdén al gato, que reposaba dentro de la casa—. ¿Que fue del cazador aquel? En otra época, ya habrías tratado de matarme.
Desperezándose, el otro respondió desde la sombra:—Eso es muy cierto, no soy el cazador de antes. Ya no podría saltar y alcanzarte. Dejé, además, de recorrer lo que fuera mi territorio. Prefiero descansar en mis recuerdos.
—¿Y se parece en algo —dijo el pájaro, dando saltitos de baldosa en baldosa— el placer de la remembranza al de la caza.
—La verdad es que no. Pero es de gatos sabios aceptar el declive —contestó el gato, viendo desde la sombra avanzar hacia el patio a un gato enorme y joven—. De todas formas, en lo que a vos concierne, te informo que en la vida no hay papel sin intérprete. Jamás queda vacante un territorio de caza.
La última frase la dijo para sí. El pájaro ya había muerto.

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