I.- Algunas generalidades
1.1.- El zapato nació hace diez mil años, en las estepas del Asia Central, producto del apareamiento de un Homo georgicus con una Homo habilis.
1.2.- En la sección “Grandes Pensadores” de Wikipedia se dice que: Un zapato (del turco zabata[1] ) es un calzado para humanos, que cubre el pie menos que una bota y más que una sandalia.
1.3.- Efectivamente, es un calzado para humanos, una protección hecha de piel de animal, fibra natural o sintética. Las tallas van del número 1 al 54.
1.4.- Pie Grande (Big Foot) no usó jamás zapatos. En cambio, Melpómene calzaba coturnos para exagerar la tragedia de su vida, cayendo y fracturándose el tobillo innumerables veces.
Imelda Romuáldez Marcos llegó a tener cuatrocientos pares de zapatos en su walk in closet. En la actualidad, posee sólo un par raquetas de nieve.
Pío X usó el exclusivo escarpín In nomine Patrii, con suela labrada en oro que rezaba: Pobreza, humildad, bondad.
Gabriela Mistral logró que todos los niños miserables del mundo tuvieran zapatos, en color añil, azul marino, índigo y celeste. La tienda encargada de la donación, olvidó los calcetines, que debían ser blancos, para simbolizar así la pureza de la infancia.
Se dice que el actor Béla Lugosi usaba calzador de hueso de lobo para colocarse los apretados zapatos negros que le regalaba William Henry Pratt, conocido como Boris Karloff.
Van Gogh escondió su oreja en un zapato viejo, y Andy Wharhol gustaba de pintar encaramado en las sandalias con taco de diez centímetros de la desaparecida Marilyn Monroe.
En la película Wag the dog, el zapato es una metáfora.
Cenicienta perdió su zapatito en las escalinatas del palacio del príncipe.
II.- Otras generalidades
2.1.- Cuando el zapato se rompe es porque el usuario ha caminado mucho, desgastando la suela, el taco u otras partes de este imprescindible artículo. Hay dos opciones: Botarlo o mandarlo al zapatero. El zapatero es la persona encargada de reparar los zapatos. También puede fabricarlos, como Manolo Blahnik, Gianni Versace, Dolce & Gabana o Don Lalo, de Puente Alto, Santiago, Chile.
2.2.- Hay quienes se dedican sólo a limpiar y pulir zapatos. Se les denomina limpiabotas o lustrabotas. También “uñas de luto”. Suelen trabajar en las plazas. Su salario no es estable, y hay días en que nadie quiere lustrar sus botines de cuero con punta de metal, obligando al trabajador a pedir limosna para poder comer.
2.3.- Los seres humanos también calzan a sus animales para que la pezuña no se destruya. Por ejemplo, el caballo, el unicornio, el dragón chino u otro animal de tiro. La herradura es símbolo de buena suerte.
2.4.- En sentido freudiano, el pie es al falo, como el zapato es a la vagina.
2.4.1.- En sentido lacaniano, todo zapatito (petit soulier) no es más que un discípulo.
2.5.- Los fenicios teñían sus alpargatas con púrpura obtenida de los caracoles. El Ave Fénix no es otra cosa que un zapato volador que renace de sus cenizas, siempre fiel a la primigenia hembra habilis que lo dio a luz en quinientas ochenta y tres oportunidades.
III.- Dichos
3.1.- Zapatero, a tus zapatos.
3.2.- Una piedra en el zapato.
3.3.- Cada uno sabe dónde le aprieta el zapato.
3.4.- Hasta los gatos quieren tener zapatos.
IV.- Bibliografía Consultada
Shoemaker, Mark. Historia fundamental del zapato. Tomo IV. Wyoming: The toe Eds, 2278. Tr. Oswaldo Chancleter.
Runningshoes Pérez, Paola del. El zapato. Desde la antigüedad hasta nuestros días. Lima: Pie de Atleta Editores, 3267.
Zapata, Emiliano. Cómo gané la revolución y otros zapatazos. México D.F.: Betún Nostálgico, 2134.
Encuentre a la autora en:
Lilian Elphick
3 comentarios:
En verdad este texto es un clavo en mi zapato. Duele de tan bueno.
Un abrazo con mis cacles nuevos.
Sergio Astorga
Fenomenal.
Las cosas que una viene a enterarse...
Divertidas elucubraciones.
Abrazos sin calzados.
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