El profesor Markus perdió la memoria mientras explicaba la teoría de los fractales. En un instante se encontró frente a una pizarra poblada de símbolos incomprensibles y, para amplificar el horror, observado por una docena de personas que tenían el aspecto de estudiantes.
Comenzó a llover. Los cristales se impregnaron de gotas que trazaban senderos irregulares. El profesor, mientras observaba cada una de aquellas formas que guardaban una simetría inconcebible, sintió una difusa emoción. La joven que estaba sentada en la segunda fila le pareció inusitadamente bella. Markus la señaló como quien observa por primera vez un paisaje. Sonó el timbre; los jóvenes salieron.
—Tipo raro este —comentó uno de los alumnos en el pasillo.
—Yo creo que se dio cuenta de que no lo podíamos seguir. Por eso señaló a Marcela y a la lluvia. Nos quiso mostrar que ella era una continuación de la lluvia y que la lluvia era una prefiguración de Marcela. En fin: un fractal.
Entre tanto, Markus intentaba recordar su nombre y en qué lugar se hallaba.
Cristian Mitelman
No hay comentarios.:
Publicar un comentario