jueves, 11 de agosto de 2011

Desde la trinchera - Javier López


Son ya ocho días y sus noches lloviendo granizos como puños.
Todos estamos refugiados en algún lugar desde que las bolas de hielo compacto comenzaron a caer, como proyectiles, a una velocidad de vértigo.
Los que estaban en sus viviendas cuando comenzó todo, no han vuelto a salir. Y los que transitábamos por las calles, corrimos a toda prisa hacia el lugar cubierto más próximo en cuanto sentimos los impactos mortales. Algunos logramos sobrevivir.
Desde entonces, el ruido infernal de las piedras rebotando contra todo lo que chocan, nos aterroriza. A partir del tercer día, muchos comenzaron a enloquecer.
Algunas personas han comenzado a salir ya de los refugios. He visto hombres y mujeres con las manos y la mirada dirigidas hacia lo alto, implorando al cielo que los deje vivir.
Pero el cielo no los escucha. Uno tras otro son ametrallados en esta guerra en la que se fusila a los que dejan de luchar.
Nosotros los vemos caer, desde las rendijas que dejamos sin cubrir en los escaparates de la zapatería en la que mi grupo está refugiado. Estamos exhaustos. Los víveres se han agotado hace días. Decidimos rendirnos y ser los próximos en salir.

Javier López

4 comentarios:

Unknown dijo...

Aterrador!
Me ha encantado leerte, Javier

Unknown dijo...

Muy bueno :-)

César Socorro dijo...

Me encantaron las imagenes que proyectas en este relato; el miedo, la muerte, la desesperanza. Fantástico.

Javier López dijo...

Me alegra que os haya gustado. Gracias a los tres por vuestra amabilidad al leerme y comentar.