Descalza… caminando a paso lento, pero firme para sentir la textura del césped en la planta de mis pies.
El extenso patio con sus sombras nocturnas invitaba a peligrosas aventuras.
Los chicos del barrio lo sabían.
Luciérnagas, juego de escondidas, pelota en la calle de tierra cuidando el paso de los escasos autos. Las noches de verano acontecían calurosas y lentas, inocentes y misteriosas…
Pero yo sólo caminaba por el patio… descalza.
Buscando la luna entre los árboles, husmeando aromas de naranjos y jazmines de alguna casa cercana.
Avanzaba… pastito fresco bajo los pies.
Tumbarse al fondo, arriesgando el cuerpo al ataque de las hormigas, escuchando a lo lejos las travesuras infantiles corriendo libres y los gritos de guerra de las madres preocupadas.
Todavía se veían todas las estrellas, todavía se respiraba el idilio inocente del futuro por venir. Todavía lo conservo, por suerte o rebeldía, en la planta de los pies.
1 comentario:
Me gustó especialmente... despierta muchas cosas.
Publicar un comentario