martes, 19 de octubre de 2010

Los ancianos de Safed - Lavie Tidhar


En Israel, cuando el invierno es particularmente crudo y no ha sucedido nada extraño en muchos años, como podría ser una nevada extraordinaria o un tornado, se dice que ni siquiera los Ancianos de Safed recuerdan un invierno así. Además de esta advertencia, los más cínicos agregan que los Ancianos de Safed ni siquiera recuerdan lo que desayunaron en la mañana, lo cual no es verdad.
Safed es una localidad en las alturas de las montañas sobre el Mar de Galilea. Es el hogar de la Cábala, la sabiduría mística y secreta de los hebreos. Es, con la excepción de Jerusalén, el lugar en la Tierra más cercano al cielo. Los residentes han pintado los muros de las casas de color azul; los ancianos flotan por las calles en profunda concentración, a unos metros sobre el suelo. Flores extrañas abren sus botones en las esquinas de las calles y crecen al revés, mientras envían sus pétalos brillantes volando a través de las ventanas y llenando el aire con el perfume de África, de Asia y de Atlantis. Hay caimanes en el depósito de agua. A ciertas horas de la mañana uno puede distinguir una manada de elefantes, casi transparentes, cruzando la calle principal. Una anciana señora inglesa bebe el té en su patio interior, junto con Dios, todas las tardes.
Los Ancianos de Safed saben a qué hora se pone el sol y a qué hora amanece, y han calculado hasta en puntos decimales cuándo será el último ocaso y el momento en que llegará el mesías. Esa noticia la mantienen en secreto pero afirman, cuando alguien los presiona para saber la fecha exacta: “No te preocupes que no será pronto”.
Los Ancianos de Safed leen el libro de Zohar todos los días y dejan crecer sus barbas largas; algunos de ellos nunca se cortan las uñas de los dedos del pie. Los niños de Safed juegan futbol en las calles y nunca se detienen a pensar en que los Ancianos deben haber sido niños ellos también, y que debían lavarse e ir a dormir temprano, y que tampoco los dejaban embarrar sus pantalones. Todas las mañanas, los Ancianos de Safed se comunican telepáticamente con los monjes de un monasterio escondido, que queda en medio de un valle secreto en Nepal, y discuten sobre el Plan General y sobre teología. Cada cuatro años, los Ancianos de Safed observan la copa mundial de fútbol y apuestan a ganar pero a pesar de toda su sabiduría secreta, Israel nunca pudo llegar más allá de la ronda eliminatoria.

Traducción del inglés por Adriana Alarco de Zadra

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