miércoles, 16 de diciembre de 2009

Muestra al azar - Luc Reid



―Párese― dijo el extraterrestre.
―¿Habla inglés?― dije. Todavía me estaba recuperando de que un rayo de luz ocre me chupara de la cama y me sacara por la ventana. Yo estaba en el suelo metálico de una habitación triangular sin ventanas, puertas, muebles ni ningún rasgo excepto por algunos dibujos en relieve apenas perceptibles en el piso, paredes y techo. Mis ropas no habían sido transportadas conmigo. Estaba tan asustado como para mearme encima.
―Su pregunta es bastante estúpida― dijo el extraterrestre, una cosa gris, alta, gomosa y de ojos saltones. ―¡Párese ya o lo vamos a obligar.
No quise pensar en lo que implicaría el obligarme: Me puse de pie y esperé. El suelo se abrió delante de mí y apareció una pequeña mesa. Sobre ella había cuatro porciones diferentes de torta de queso, cada una en un plato triangular negro. Al lado de cada plato había un tenedor de unos 25 centímetros, limpio y brillante.
―Pruebe las tortas de queso y emita su opinión― dijo el extraterrestre.
Me quedé mirándolas. ¿Era una broma? No, nadie que yo conociera tenía un sentido del humor tan enfermo ― ni acceso a alucinógenos pesados.
―¿Torta de queso?― dije.
―Usted emitirá su opinión. Es por eso que está aquí.
―¿Me secuestraron para realizar un testeo de tortas de queso?
―Todos los otros métodos producen un muestreo aleatorio inadecuado en los grupos de enfoque ― dijo el extraterrestre. ―Vamos a conquistar su Tierra monopolizando sus recursos económicos a través de la venta de tortas de queso. Tenemos que saber cuál es la receta triunfante.
Mis opciones eran limitadas, así que tomé un tenedor y empecé a comer torta de queso. Les ahorraré los detalles ― los gemidos involuntarios, el asombro, la alegría, el éxtasis. La versión corta es que las porciones 1, 2 y 4 eran mucho mejor que la mejor torta de queso que jamás había probado, pero la número 3 pertenecía a una clase más allá de cualquier alimento. Lloraba de alegría mientras me la comía.
―¿Es la número 3, entonces?― dijo el extraterrestre. ―La número 3 es muy popular.
Asentí.
―¿Cómo puede existir algo así? ¡Es una experiencia religiosa!
―También tiene cero calorías― dijo el extraterrestre. ―Y ya terminamos.
―¿Eso es todo?― dije, incrédulo. ―¿Ya terminé? ¿Puedo ir a casa?
―Terminó― dijo el extraterrestre, agarrándome. ―Pero usted no se va a casa.

Traducción de Saurio.
Original en The Daily Cabal

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