Era el séptimo día de la creación. Dios, sentado sobre un peñasco, descansaba contemplando su obra. Había creado el cielo y la tierra, separado la luz de la oscuridad, creado las montañas, los peces, los animales y el hombre. Los mares eran preciosos, las aves maravillosas, los peces, las montañas, los bosques, las playas, los amaneceres...
Estaba satisfecho y relajado por lo que no se dio cuenta de que Lucifer, aprovechando que él estaba descansando, vino a la tierra a sembrar todo su mal.
El malévolo Satán, aprovechando que Dios estaba distraído en su contemplación, creó las compañías de aviación de bajo coste para que la gente se trasladara de un sitio a otro y se comiera los peces, ensuciara las mares, cortara los bosques, destruyera las playas, subiera a las montañas, matara a los animales y no pudiera disfrutar de los amaneceres debido a la resaca de la noche anterior.
1 comentario:
La verdad que Joan Mateu se las trae... me encantó, así como todo lo que escribe. Humor con denuncia.
Gracias Sergio por invitarme a este tu blog.
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