viernes, 3 de julio de 2009

El cuento - Max Goldenberg


¿Un cuento querés que te cuente, hijita? Pero mirá que hora es… ¿por qué no te dormís, mi amor? A ver… ¿sabés que mañana papito se tiene que levantar tempranito para ir al trabajito? Entonces cerrá los ojitos y el sueño va a venir solito. Vas a ver. Contemos juntos: a la uuuuuna, a las doooosssss y alaaaaaaaaaaaaaasssss… No no… alas tienen los angelitos, hija. No no, yo no dije “alas” dije “alaaaaaaaaaaassss” para darte tiempo hasta que llega el tres y ahí si: te dormís. ¿Sabés mamita? Dor-mis. Arrorró mi nena, arrorró mi sol… duérmase pedaz… ¿Cómo? ¿Qué se yo qué quiere decir “arrorró”, lindita? Yo nunca te dije que yo sabía todo. Dije que papá, por ser mas grande, sabe mas cosas que vos. Pero todo todo no lo sé. No, mamá tampoco. ¿Que yo le digo que ella piensa que se las sabe todas? Eso se lo habré dicho alguna que otra vez cuando discutimos, mi princesita. Pero eso no quiere decir que mamá las sabe todas. Bueno bueno… me habré confundido. ¿Ves que papá no sabe todo? ¿Ves que papá se confunde? Porque papá es como todos, tiene sueño también y se quiere ir a dormir. Entonces vamos a dormir. ¿Si? No te voy a cantar una canción, hija. Porque no. Para eso te cuento un cuentito. Bueno, uno pero corto porque papá tiene sueño. Si, un cuento y a dormir. ¿Está bien? ¿Qué? ¿Soda? ¿Querés soda ahora justo? Bueno, el cuento y después la soda. No. El cuento y la soda y punto. La canción queda para otro día, corazoncito mío. Todo no se puede. Exacto, como dice mamá cuando le pregunto si cocinó algo rico en vez de las tartas de zapallito. Tenés razón. Bueno, va: había una vez un conde que vivía en un castillo. ¿Cómo decís? No sé mi vida por qué no vivía en un departamento como el nuestro. Que se yo. Porque es chico. No, no… mamá no tiene razón nada cuando se queja que vivimos en un sucucho de dos por cuatro. ¿Mamá es conde? No no, yo pregunto si mamá es conde no si esconde. Ya sé que esconde mamá. No linda, no digo que mamá es conde digo que estoy seguro que mamá esconde. Cosas. Golosinas por ejemplo. No, hijita, no podés comer golosinas. Prestá atención: resulta que el conde se esconde. ¿Dónde se esconde el conde?… ¿Cómo decís? No no… en el cuartito del lavadero no, mi vida. Nadie puede esconderse en el cuartito ese. ¿Qué señor? Esperá, lucecita de mi ser, ¿qué señor viene cuando yo no estoy? No entiendo… ¿El lustrador? ¿Qué lustrador? ¿Qué cuernos? ¿Cómo? ¿Qué el señor le dice a mamá que compre algo para lustrarme los cuernos y ellos se matan de risa? Uy, pero que graciosos que son… Sabés que yo no tengo cuernos, dulce… así no puede lustrarme ningún cuerno, ¿no? Mejor dormite que tengo que hablar con mamá. No no, no pasa nada. El tema es que no puede quedarse un señor en ese cuartito porque le puede hacer mal, ¿sabés? Y me parece que mamá debería cuidar que no pase. ¿Entendés? Entonces le voy a preguntar eso. No hija, nada mas le voy a preguntar. ¿Por qué me lo decís? ¿Qué mensajito? ¿Mamá vió un mensajito en mi celular? No hija, no tengo ninguna amiguita yo. ¿Por qué me preguntás, hermosa de mi corazón? Ah… no no… mamá seguro se confundió cuando dijo que yo tengo que dejar de salir con mis amiguitas o el señor que lustra iba a limpiarme a mi. Es chistosa mamá, ¿sabías? Jajaja… ay que risa… jajaja… si si, yo me río así ahora, hijita… jajajamejor no le digo nada a mamá ¿no? Y vos tampoco, ¿claro? ¿Para qué la vamos a preocupar? Total el señor que lustra debe estar cómodo cuando se esconde… Si si, como el conde, como el conde. Tomá la soda y dormite haceme el favor.

Extraído de: "http://max.com.ar/2009/02/23/el-cuento/"

No hay comentarios.: