domingo, 7 de junio de 2009

Mach 20 - Laurie Anderson



Damas y caballeros, lo que están observando aquí son ejemplos magnificados o facsímiles del esperma humano.
Generación tras generación de estas pequeñas criaturas se ha sacrificado en su persistente, muchas veces fútil, intento de transportar el código genético masculino básico. Pero, ¿de dónde viene esa información? No tienen ojos. Ni orejas.
Sin embargo algunos de ellos ya saben que serán calvos.
Otros saben que tendrán dientes pequeños y torcidos.
Más de la mitad de ellos van a terminar siendo mujeres.

Cuatrocientos millones de criaturas vivientes, todas sabiendo con precisión la misma cosa ― copias carbónicas de cada uno de ellos en una carrera kamikaze contra reloj.
Algunos de ustedes se sorprenderán al saber que si un espermatozoide tuviera el tamaño de un salmón nadaría su viaje de siete pulgadas a 500 millas por hora.
Si el espermatozoide tuviera el tamaño de un cachalote, sin embargo, viajaría a 15.000 millas por hora, o a Mach 20. Ahora imagínense, si lo desean, cuatrocientos millones de cachalotes que parten de la costa pacífica de Norteamérica nadando a 15.000 mph y llegando a las aguas costeras de Japón en 45 minutos.
¿Cómo serían recibidos?
¿Se darían cuenta de que ellos traen información, un mensaje?
¿Habría lugar para tantos millones?
¿Sabrían que fueron enviados con un propósito?

Traducción de Saurio

2 comentarios:

Ogui dijo...

Excelente! Nunca va a leer este comentario doña Laurie, pero es tan maravilloso que merece un aplauso de pie... una suelta de palomas... una aparición de ballenas azules en el Hudson... y muchas cosas más...

Javier López dijo...

Estamos de acuerdo D. Ogui.