miércoles, 8 de abril de 2009

Primer encuentro - Sergio Gaut vel Hartman


Las ventanas de la amplia y oscura sala estaban cubiertas por cortinas de tela y en el suelo habían colocado una suave alfombra roja. Entró a la habitación, cerró la puerta a sus espaldas y tanteó hasta llegar al sillón. Algo crujió bajo la suela de su zapato. ¿Un reloj? ¿Por qué había un reloj en el suelo? No era importante. Dejó de pensar mientras intentaba orientarse, marcando con los dedos las porciones de sombra y los signos de colores apagados que flotaban en el aire polvoriento y seco. Entonces lo vio, hundido en un rincón: los labios grises apretados, los ojos vacíos como bolsas de agua y todo el tiempo calculando algo ensimismado, como si su presencia no importara. Vio que entrecerraba los párpados, intentando leer la escena, pero comprobó que no podía; demasiadas matemáticas implicadas y una configuración obtusa. ¿Quién hubiera imaginado que el primer encuentro con un ser extraterrestre iba a ser algo tan… torpe, tan fatigoso, tan áspero, tan frustrante? Sintió el anticipo de un grito agudo y una punzada en la cabeza. Las lágrimas saltaron de sus ojos, rodaron mejillas abajo y rozaron la boca. ¿Y ahora qué?, se dijo.
El ser venido de las estrellas pareció captar lo que él sentía y extrajo una afilada vara de la vaina que colgaba a un costado de su cuerpo. En menos tiempo del que se tarda en escribirlo, la pena y la tristeza ya no estaban allí.

3 comentarios:

Florieclipse dijo...

Al menos no se encontró con un extraterrestre sádico.

Sergio Gaut vel Hartman dijo...

Hay extraterrestres para todos los gustos. Si leíste mi cuento "Detrás de la puerta" vas a saber por qué lo digo.

Arcángel Mirón dijo...

Yo confío en que mi primer encuentro con un extraterrestre sea un poco más amoroso.

Aunque tal vez ese primer encuentro ya existió y yo no me enteré.