sábado, 21 de febrero de 2009

Palabras - Ricardo Acevedo Esplugas


A Carmen R. Signes
—Mayor Tom a Control de Tierra. ¿Me escuchan?
Tierra... Creo que ya no usan ese nombre. Ni taxi, pirámide o Ghandi. Todo comenzó con el Contacto. ¡Sí! El ansiado contacto con una cultura extraterrestre: superior en todos los sentidos a nosotros. El hermano mayor que corregiría nuestros errores.
Llegó el día y escucharon la voz (que nunca olvidaré...) Los líderes y barítonos mundiales se suicidaron en masa. Los primeros por ser incapaces de concebir el discurso respuesta; los otros, por no tener los órganos idóneos.
...Y vieron su imagen, y eran inimitables: huelga de modelos Playboy. Los militares capitularon al sospechar, sólo al sospechar, los fabulosos medios de combate que se insinuaban tras la sugerente figura de la nave nodriza.
Los artistas más prácticos comenzaron a imitar: ¡Salvación! ¡Aleluya! Los Rollos del Mar Muerto y Picasso fueron sustituidos según los nuevos cánones estéticos; le siguieron Brasilia y el Taj Majal.
Logré escapar tomando el último empleo de astronauta ("¿Para qué conquistar el cosmos si ya nuestros hermanos de raciocinio lo habían logrado?" era el slogan de moda).
Compré pinceles y tinta imborrable antes de que fueran considerados obsoletos y me atrincheré en el "Mayor Tom". Durante dos años llené sus paredes con palabras que intentarían recordar a toda la Tierra (¿Cómo coño se dice "hola" en swahili?)
... los más irreductibles se refugiaron tras la cultura de la Mass Media. Pero al final MacDonald, Warhole, Barbie y Elvis fueron saboteados por la alucinógena manifestación alienígena, cuya cultura pop era la base de su ADN. Él círculo rojo sobre fondo blanco también cayó. Sayonara: Origami, manga, bushido, ceremonia del té...
Las nubes de spray caen como escarcha sobre el casco de la diminuta estación orbital, tatuada desde el generador: samovar, Pinochet, Nínive; hasta los minúsculos accesorios que revolotean nerviosos por los pasillos: fuego griego, Ho Chi Min, Guanabacoa... Millones de signos fueron devorados en fracciones de nanosegundos en la hoguera sangrante de las civilizaciones. Adiós Auschwitz, marcas tribales, milongas, Bradbury, Chanel No. 5, Bela Lugosi, Monte Athos...
Estoy frente al último resquicio en blanco y no sé lo que voy a escribir...

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