En la arqueta de terciopelo y hierro dorado, actualmente expuesta en el Ochavo de la Catedral de Toledo, donde se dice llegaron las reliquias de la santa mora —c. 1600—, se encontró una carta de quien confiesa haber sido natural de Toledo y monje franciscano del monasterio de San Juan de los Reyes. El tal monje, que firma como Pedro , asegura haber hallado una pequeña bestia en el pozo de agua de dicho monasterio, de piel “suave como de cerdo recién parido, y de su misma color”, cuya pesada cabeza hacía caer el cuello de tal modo que sus ojos sólo vieran hacia el suelo.
Según la descripción, el animal podría asimilarse al llamado catoblephas, en Plinio, Solino y otros, o sannâjat en el Nuzhat. Lo que lo distingue de éste es su tamaño, ya que según Pedro, llevó este animal en brazos hasta la vista del prior, quien tomó la cabeza de la bestia entre sus manos para verle los ojos, y súbitamente cayó sin vida.
Por otra parte, el detalle que hace Pedro del cuerpo de la bestia es asimilable a un primate, quien sólo apoyaría sus manos para caminar en virtud de la carga que “el enorme testuz impone a su osamenta”. El monje se esfuerza por brindar la mayor información sobre el hallazgo: “al tocársele, la bestia daba voces de niño desasosegado, que a cualquier que no hoviesse toronja por oreja o piedra por corazón, metíale dolor en el alma”. Dice haberle ofrecido berzas, un caldo de cuaresma, alguna fruta, leche de cabra y hasta cordero. Ningún alimento quiso tomar, y Pedro duda si esto es “por no convenir a su naturaleza o por tristura que el animal traía consigo”
Luego de cinco días y tres muertes, y ante la falta de consejo, los hermanos decidieron devolverlo al pozo, pero ya desfalleciente y con la piel “agostada, como de quien está amigo de la muerte”. La carta forma parte del Archivo Capitular de la Catedral.
2 comentarios:
Me encanta ver que somos varias las atraidas por la figura del Catoblepas, Laura. Yo le convertí en protagonista de mi relato "Animales de compañía" publicado en la antología Visiones 2005. Enhorabuena por tu BNTB.
Rebueno, Laura.
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