Diariamente, después de la escuela, ella subía las escaleras del edificio de la oficina del padre para ayudarlo. A la noche volvían juntos para casa. Un día, al pasar por el segundo piso, notó una puerta que nunca había observado antes. Era igual a las otras, con la diferencia de que estaba abierta y permitía entrever una discusión entre el señor de la oficina y su mensajero. Sorprendida y curiosa, se detuvo en el vano de la escalera. Escondida, observó. En medio a la discusión, vio que el muchacho golpeaba la cabeza del patrón con la balanza de pesar papel y lo dejaba en el suelo, sangrando. Lo observado la dejó muy afligida y la hizo correr escaleras arriba para pedir socorro hasta llegar, ahogada y pálida, a la oficina del padre. Inmediatamente descendieron todos para encontrar la oficina cerrada y sin la menor señal de que allí hubiese habido alguna violencia. Aún bajo el efecto del impacto, la chica insistió en lo que había presenciado, pero acabó por ser llevada para descansar, con el pretexto de que estaba tensa, agobiada por los estudios. Días después, la policía y los periodistas se toparon con el hecho descrito por la chica y, gracias a aquella premonición, supieron donde capturar al responsable.
Título original: Antevisto
Traducción del portugués: GvH
Tomado de http://microargumentos.blogspot.com/
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