Después de cientos de miles de años, la armonía de esta galaxia se rompió abruptamente. Una súbita luz rasgó el obscuro velo del espacio. Ante los atónitos telescopios de incrédulos astrónomos, Saturno se estrelló contra Júpiter.
De inmediato fueron convocados los científicos más prestigiosos para discutir las posibles consecuencias. Su diagnóstico fue unánime: Júpiter ha alterado su órbita y se dirige hacia la Tierra. La noticia causó panico y confusión. Hubo saqueos, suicidios en masa, motines en cárceles y oficinas, eyaculaciones precoces, divorcios y bodas urgentes, orgías en colegios de monjas, partos prematuros, ataúdes y servicios funerarios en oferta.
Los jefes de estado de las naciones más poderosas, acordaron lanzar sus misiles atómicos sobre el planeta desbocado. Su esfuerzo fue en vano. Júpiter no cambió su curso. La Asociación Mundial de ateos, emitió una última declaración: "sólo nos queda rezar". Y multitudes de arrepentidos atestaron los templos. Nunca antes se oró con más fervor... entonces Dios, ardiendo de ira, rompió el taco contra la rodilla derecha mientras el Diablo exclamaba con frialdad: carambola.
Tomado de http://www.galerialiteraria.blogspot.com/
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