Vidas paralelas - Jorge X. Antares

Era un simple limpiador en el universo A, pero cuando salía del trabajo abría la puerta dimensional del universo B donde vivía una vida de lujo intelectual. Poetas, cantantes y escritores eran su grupo habitual en este continuo que había elegido un modo distinto de evolución, y donde las guerras se libraban en el campo de la razón, sin muertos, ni heridos, salvo algún ego dolido.

Era un placer ver esas luchas dialécticas de ingenio entre gente educada en valores honestos y sencillos. Un juego de ajedrez sin las sucias tretas propias del universo A, y donde al final todos ganaban y se enriquecían espiritualmente. 

Muchas veces pensó en quedarse para siempre en el universo B, pero las leyes universales eran inmutables. Sólo podía permanecer un corto espacio de tiempo cada día si no quería desvanecerse en medio de la eternidad, pero ese tiempo valía la pena. Un solo segundo valía la pena. 

Cuando volvía al universo A sonreía para sus adentros en el momento que su jefe le trataba con falso paternalismo y le daba órdenes lentamente para que las entendiera su "nivel mental". 

Y mientras fregaba el suelo iba componiendo mentalmente un blues que sin duda sería apreciado en el universo B. Es ley de vida, del estiércol surgen las mas hermosas flores...