sábado, 6 de diciembre de 2008

Kalima – Claudia Suberbordes


Cierta vez los dioses primordiales encargaron a Kalima, la diosa del placer y la alegría, que creara para ellos un mundo lleno de belleza y esplendor, que les sirviera de morada y esparcimiento.
Pero Kalima, que es también la diosa del engaño y la ficción, decide jugarles una pequeña broma. De modo que crea en efecto un mundo maravilloso, y lo llena de bellos árboles, verdes prados, flores multicolores, montañas inmensas y ríos cristalinos, y lo puebla con toda clase de hermoso animales. Pero al final de su creación, la diosa toma un pellizco de tierra, lo amasa humedeciéndolo con su propia saliva, y moldea una figurita semejante a los dioses, creando de esta forma al hombre. Lo primero que el hombre ve es el rostro resplandeciente de la diosa, de modo que se dispone a adorarla como a su Creadora, pero entonces ella lo detiene diciéndole: 
—Tú también eres un dios, hijo mío, pues te he creado a partir de mi propia saliva, de modo que tu espíritu participa de la divinidad. No debes adorar a los dioses, sino tratarlos como a iguales.
Así fue como los hombres, creyéndose semejantes a los dioses, comenzaron a competir con éstos, tratando de ganarles en belleza, inteligencia o piedad, y en lugar de rendirles culto los despreciaban y se burlaban de ellos.
Sin embargo, los dioses primordiales no se atrevieron a quejarse ante Kalima, pues amaban el mundo que ella había creado, y temían que si despertaban la ira de la diosa, ésta destruiría el jardín de las delicias en el que los dioses tanto se deleitaban.
Así pues, los dioses toleran a las infames y soberbias bestiecillas que Kalima ha puesto en su mundo para molestarlos, pero cada vez que la diosa se distrae, no pierden oportunidad de darle un rápido y sorpresivo golpe a alguno de ellos, ocasionándole toda clase de desgracias y miserias, y luego huyen rápidamente, de modo que el hombre atribuye sus dolores a la mala suerte o al destino.

1 comentario:

pato dijo...

¡Excelente historia! Me gustó mucho este relato de la soberbia humana y la grandeza divina.