Beethoven no oye entrar a Borges, naturalmente, y el escritor no ve al músico, por lo que choca con él y recibe un soez insulto en alemán. Borges, que sospecha el idioma de Schiller, no piensa que ha atropellado a tan ilustre personaje; más bien deduce que su víctima es Otto Pflegger, un guardia de Treblika o en todo caso Hans Schwartzenegger, el feroz guardabosques bávaro. De todos modos se disculpa en inglés, como cuadra a un caballero, aunque el genio de Bonn tampoco capta la disculpa y lejos de interpretar que está ante el autor de “El Aleph” imagina una conspiración judeo-masónica destinada a robarle la partitura de la Décima Sinfonía. Reacciona mal y descarga una furiosa trompada sobre Borges, le destroza el tabique nasal y dispara el hueso como un dardo de ballesta que se incrusta en el lóbulo frontal del cerebro del escritor. Pero en contra de lo que los lectores pueden estar imaginando, el escritor no se acobarda y antes de morir usa el bastón para machacar la nuca del músico con toda su fuerza remanente, lo que provoca el deceso de Beethoven. Es por culpa de este desafortunado incidente, y por ningún otro motivo, que la ópera en tres actos “El milagro secreto”, con libreto de Jorge Luis Borges y música de Ludwig van Beethoven, jamás se llegó a componer.
JUEGOS FLORALES 2024
Hace 2 meses.
2 comentarios:
Nada que no podamos remediar en este Taller... modestamente!
Celebremos los incidentes afortunados... que compusieron obras maravillosas, incluso ésta.
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