Dentro de un dedal había un salón de costura donde la abuela bordaba rosas cuando era una niña obligada a quedarse del revés de la luz para que no la distrajesen los ruidos del mundo.
Dentro de una foto del padre había un joven que regresaba a las montañas cruzando campos ardidos por la guerra, y había cuerpos acabados de fusilar pudriéndose en el fondo de las pupilas.
Detrás de un guante viejo había un hermano desaparecido, en un pastillero vacío acechaba la locura; sobre los platos cascados comía una familia sentada en torno de una mesa de roble; dentro de un cofre la madre guardaba cartas de pretendientes, y con las cartas esperanza y pobreza y plumas que avanzaban despacio sobre el papel rugoso de las vidas pasadas.
En tu historia había historias imposibles de limpiar y cuartos cerrados que no se abrirían nunca porque las estructuras de las casas son cajas chinas interminables y concéntricas y de la misma manera misteriosas.
De Esperan la mañana verde, 1998. Tomado de http://www.mariarosalojo.com.ar/
1 comentario:
Maravilloso. Se me hizo un nudo en el pecho.
Es simple, genialmente simple, y certero.
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