lunes, 15 de diciembre de 2008

Conjuro inútil - Sarko Medina Hinojosa


Cuando liberó la espada Sangetsu Onahisa Nakatori, el samurai Hanzoku Tenze del Clan Nokugahua Mashino no Karetsu, pudo ver el futuro de su nación: los orgullosos japoneses ya no eran altivos ni combativos, sino masas de carne que se movían como espíritus Kotetsu en medio de un bosque de piedra y espejos brillantes y muchos estaban metidos en carrozas mortuorias como si fueran cadáveres frescos vivientes, otros actuaban como Kontos, moviéndose al ritmo de flautas mágicas que sonaban solo en su oídos y nadie, absolutamente nadie, respetaba códigos samurai o ninja siquiera… supo que era su culpa ese destino, al liberar la Katana del Conocimiento, que le daría a su raza la sabiduría de asimilar la ciencia extranjera, así que la volvió a encerrar con el pacto de su propia sangre con la esperanza de que nunca fuera revelada de nuevo. Cuentan las leyendas que su sacrificio fue en vano, como siempre que alguien intenta conjurar el espíritu de destrucción de esa especie virulenta llamada humanidad…

No hay comentarios.: