Él es el único que juega de verdad con el tiempo. Lo acorta, lo interrumpe, lo estira, lo enloquece, lo convierte en un objeto vibrátil. Él es el único que crea tiempos simultáneos, paralelos, tiempos que luego se pueden cruzar, anudar, destruir. Espirales de tiempo. Él es el único que mezcla los tiempos, les imprime ritmos vertiginosos, los detiene en seco. Él es el que sopesa su profundidad, conoce el grado de conciencia de los seres arrojados sobre el filo de las horas. Él es el que, luego, los dejar caer y juega con las generaciones, las genealogías y las sagas. Él es el que convierte las horas en días y noches y años y siglos. ¡Míralo bien! Está sentado impunemente en su mesa, escribiendo, con la lamparilla encendida. Él es el narrador omnisciente, el que debe morir ahora porque tú y yo lo vamos a matar. Eso es lo único que no sabe.
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1 comentario:
j'adore!
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