miércoles, 5 de noviembre de 2008

Derecho a voto - Jorge Martín

Disculpen que empiece con una pregunta pero no encuentro una manera gentil de hablar de estas cosas. ¿Por qué nosotros no votamos? Si soportamos las consecuencias de las políticas que implementan. Sufrimos las crisis que desatan, primero que ellos. Nos castigan si elegimos los que no les gusta, arruinan la atmosfera, invaden con malos pretextos y ahí están listos y dispuestos para el próximo juego. Los héroes, las canciones, los indios y los dioses hablan su lenguaje. Son copia trucha y les gusta serlo. Remake de bajo presupuesto de imperio clase B. Con guiones remanidos asumen la falta de inteligencia por elección natural. Estamos infectados de sus templos de cartón piedra en los desiertos de nevada, de los amoríos de sus estrellas y de la infinidad de galas para premios que nadie recuerda más que a los diseñadores de ropas y vestidos. Vuelvo a la pregunta, ¿Por qué no votamos nosotros? Si soportamos el peso de sus delirios, si desde lo que comemos hasta lo que exudamos lleva su marca, aunque se haya elaborado en un lugar que no saben deletrear. Yo estoy seguro que elegiríamos un presidente como se merecen, de esos que de un solo manotazo muestran la hilacha y acaban con todo. 
Tal vez haya diez justos en ese Far West extendido más de la cuenta y por eso todavía sobrevivan a sus propios desquicios mientras el resto mira en una cómoda silla de plástico masticando un Mac algo. Si los brotes de inteligencia se los masticaron en la fábrica de sueños y ahora solo filman pesadillas. Es tan largo el final. Un The End expeditivo se impone. Por favor, déjennos votar, tenemos el candidato perfecto.  

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