jueves, 31 de julio de 2014

Esperanza será tu nombre - Lala Prior





Esperanza será tu nombre, al casco lo voy a reforzar con mas de la noble madera que natura puso en mi mano, pronto el formón la talla de tu cuerpo encontrará  y un destino de mar tendrás.
Esperanza se dijo como si la sola palabra lo acicateara para que el golpe sea dado con  mas sentido, con mas precisión en busca de la perfecta gestación.
Unir madera con madera, menudo trabajo, poco hierro mucho tarugo y la perfección del maestro.    
Las tablas ya trabajadas con resina relucen al celeste, el horadar del taladro inunda de aromas el aire provocando que se perciban los aromas del bosque, junto a los sonidos de miles de pájaros que se han posado en ellas, dejando el canto de muchas primaveras el arrullo de muchos inviernos y los nidos de vida que en la antigua rama claman  en gorgojos por la evocación, grandes nevadas y copiosas lluvias templaron tus fibras el hacha impertérrito cerceno tu épica historia pero tu esencia aun vive, avanza sirviendo para nuevos horizontes, solo un madero marrón claro ve el que solo mira por mirar,  vida interior, savia que el sol muy salado madura con ayuda del tiempo para renacer como fénix ofreciéndose generoso, ve quien siente al mirar.
Esperanza repitió, mientras el cepillo se atragantaba de viruta, una gota de sudor rodó por su frente bajando por la nariz para terminar perdida en la arena como las otras, la mañana esta soleada y el calor del verano se hace sentir humedeciendo los músculos de Antonio, no es el calor lo que mas le quema, es su fuego interno, sus ganas de no parar en su empresa, varios meses lleva él con su cometido, desde que se entero de que se llamaría Esperanza, pero ¿que es el tiempo? acaso él lo mide en números como los letrados, no, él simplemente lo acompaña en su andar sin contar las gotas de sudor caídas, la espalda ya no lo sigue como antaño pero la Esperanza lo alienta para hacerse fuerte, ignorando el dolor.
Sus manos cuando trabaja están separadas de su mente, se mueven precisas e independientes, dando forma al costillar de la embarcación, carabelas, nao, bajel, zabra, galeras, botes, cientos de nombres y muchos mares surcaron sus palmas para que memoriosas y artesanas repitan lo que sus ancestros por miles de años le dejaron, herencia marinera, esto no se aprende en la escuela, no se enseña en las universidades esto se hereda, se nace con venas de ríos, piel de arena, pelo de algas y manos de gaviota.
El sol empieza a fundirse con el mar para que en la marea los colores del azul al rojizo bailen junto a el ocaso, la pajarada alertada por tan singular melodía huye buscando el sueño reparador, constante en su ir y venir las espumosas olas avisan susurrante la baja con falsa quietud, y la playa por un momento parece detener esta danza marina para dar paso a las sombras del atardecer.
Caminando despacio entre aparejos, rotas redes y viejos toneles, el galerna sopla suave  acompañándolo al poblado, casi lo lleva abrasado hasta las primeras casas para luego diluirse por las polvorientas calles, Antonio saluda a quien lo nombre ofreciendo un gesto risueño, para seguir con su paso lento pero firme, la caja de herramientas en bandolera y el sosiego del que ya a concluido la diaria tarea entornan su silueta.
Pasar por la cantina es cuestión de costumbre, no más que un clarete como para atemperar el alma y a escuchar, que la sardina viene flaca, que los recursos naturales hay que cuidarlos, que si esto sigue así la pesca se muere, que los políticos prometen pero el pueblo no da para más, que sigue la huelga de mariscadores en el norte, y a escuchar, Antonio escucha, asiente o niega  a según la referencia, pero su mente esta todavía en la playa junto a las cuadernas , las descarnadas costillas del ser que esta creando y  pronto tomara forma, será la Esperanza “ muy mujer, muy marinera”, para poder abrasarla con las manos de gaviota y la ternura del marino ese que tiene venas de ríos, piel de arena y pelo de algas, su mente viaja por azules blancos celestes verdes turquesas y mucho le cuesta cambiar de colores olores o sonidos, el clarete, la cerveza y las tapas hoy poco lo atraen, la conversación con los amigos nada le significa. Abrir la puerta de su casa para que la Juani corriendo lo abrase con pasión si le significa, una panza llena de vida lo rosa sin decoro como para decirle acá estoy, y él ahora es todo esencia, olvida por un momento la playa mientras la Juani no para de besarlo, lo besa como si no lo hubiese visto por años, como si regresara de la guerra, o de la muerte, lo besa arrimándole ese vientre que la acompaña desde hace ya muchos días y que ahora él agachado acaricia con ternura mientras apoya su cabeza y siente el palpitante desarrollo de la existencia.
La siente llena de él y de ella, ve los jugos unidos como la savia dentro de las tablas madurando al sol, y sabe que por un segundo fueron uno, en el juego cariñoso el placer los elevo hacia las tierras del amor, sin buscar nada, sin pensar nada, a sus vidas la Esperanza les llegó.
Ve largos inviernos con interminables nevadas, lluvias, veranos calientes y borrascas entre juegos, sacrificios, el canto de los pájaros, el levante, y la playa con el astillero de otros barcos que sus manos crearan, esto si le significa.
Ella la bautizo Esperanza. Él puso a su disposición una nave que supo hacer con sus  manos, solo para que ella surque los mares recalando en los puertos de la imaginación, quienes la han visto dicen que tiene venas de ríos, su piel es de arena, su pelo de algas y sus manos de gaviota.
A la Juani y al Antonio con eso les basta...  


Acerca de la autora:  Lala Prior

No hay comentarios.: