viernes, 7 de marzo de 2014

Volver a casa - Paula Duncan



Un día decidí volver, sabía las reglas de juego y estaba decidida a retomarlo, dudas excusas, todo me venia bien para no regresar; que si hacía frío, o llovía o estaba cansada, que quizás a alguien le cayera mal mi regreso; , todas excusas muy atendibles; esa tarde tenia sueño y me dolía hasta el pelo, pero me decidí y hacia ahí marche.
Subí al enorme monstruo metálico y me deslice entre fulgores extraños que me golpeaban los ojos con fuerza, en la esquinas ramilletes de tres colores permitían o no el paso; cada tanto sonaba una chicharra y las puertas de un infierno ruidoso se habrían para que distintos personajes pudieran subir o bajar
Llegue y colgué mi individualidad en el perchero; como siempre, como todos, algunos a veces dudábamos un poco; algunos no la soltaran nunca.
Y a la primera carcajada, tonta casi infantil que broto de mi garganta, sentí que me había encontrado
El ambiente agradable, caras conocidas algunas que hacía mucho no veía, ver que no me tomaron como extraña fue estupendo.
Poner el cuerpo en funcionamiento, sin palabras, el contacto con el otro no pensar registrar sonidos, recibir e enviar imágenes, pequeños chisporroteos casi sin importancia y lo mejor; hallarme incluida; dejar de sentirme un ser anónimo, invisible; fue una sensación maravillosa.
Había recuperado mi espacio, mi sitio de pertenencia, estaba otra vez en casa.

Acerca de la autora:  Paula Duncan

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