lunes, 31 de marzo de 2014

Breve saga del hombre en la tierra - Luis Benjamín Román Abram




"Cuando se dijo por primera vez que el solpermanecía fijo y que el mundo giraba, el sentido común de la humanidad declaró la doctrina falsa; pero el viejo dicho vox populi, vox Dei, como todo filósofo sabe, no puede ser confiado a la ciencia." Charles Robert Darwin (12 de febrero de 1809 — 19 de abril de 1882), biólogo británico que sentó las bases de lateoría de la evolución a través de la selección natural.

  Se inició hace seis millones de años, en un recóndito valle del este del África, necesitó de la coincidencia de miles de factores y muchos aseguran que fue la victoria del soplo divino.
  Esa especie evolucionó, mientras que otros homínidos se iban para siempre. Estaban acostumbrados a dar cara, y salir adelante, ante cualquier amenaza a su sobrevivencia. Esto último hasta el año 2280, cuando la ingeniera militar Juliana Díaz, perdió el control sobre un experimento que realizaba. Un arma dirigida a erosionar los telómeros, y dejar a los cromosomas tan inestables que la enfermedad dominaría al enemigo.
  Los teléfonos rojos del mundo funcionaron a la perfección, a los pocos segundos del incidente, se lanzó un campo magnético para contrarrestar el daño. La humanidad volvió a sentir la piel de gallina, aunque no sabía la razón. Hombre y mujeres se habían quedado estériles. Díaz lloró, el daño al ADN estaba hecho, tanto como para saber que esta vez era el fin de la historia.

Sobre el autor: Luis Benjamín Román Abram

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