Cintia Hernández conoce a un hombre honesto y trabajador, y
se casa con él. Desde ese momento se dedica a las labores propias del hogar y a
la crianza de los hijos, sin pensar en otra cosa. Pero los años pasan, los
hijos alzan vuelo y ella, aburrida, decide hacer un taller literario. La
escritura se le da bien a Cintia, y no tarda en obtener el reconocimiento de su
maestro, que queda impresionado por su habilidad como narradora y cuentista, lo
que le permite construir historias de gran nivel. Es en ese punto que la mujer
decide escribir una novela y empieza a buscar información sobre escritores
sármatas. Copia todo lo que encuentra, hasta que logra armar un rompecabezas de
referencias. Solo entonces se anima a llamar a su maestro.
—¡Necesito que me ayude! Tengo miles de notas y apuntes para
escribir el libro que le conté, pero no logro completarlo.
—¡Imposible, Cintia! Bajo ningún aspecto difundiré detalles
de mi vida en el siglo II.Acerca de los autores:
Nélida Magdalena González de Tapia
Sergio Gaut vel Hartman
1 comentario:
Cintia rebasa la novela y se lanza al chisme reporteril lo cual la antagoniza con su mentor.
No es bueno retar viejos vampiros, excepto en un cuento desde luego.
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