lunes, 2 de septiembre de 2013

La última misión — Cristian Cano


Cuando intentaba recuperarme la tierra se me metía por la nariz. Me acomodé el pañuelo en la cara y apunté el rifle pulsar. Al ingresar a la atmósfera de Sailar 8 los superiores me aconsejaron: ellos ven en la oscuridad total, me repitieron. Matar al jefe de la resistencia Ramstad era una misión osada que iba a acallar a la mala prensa. Fue lo que me propuso la Agencia desde el primer momento y acá estoy, con el rifle cargado y el rostro granoso de Ramset Gorn Lorn en el centro de la retícula. Cuando recibí el permiso de disparo desde la base en órbita, apreté el gatillo: Ramset Gorn Lorn aflojó sus tentáculos y cayó sobre sus rodillas. El punzador ingresó a través de su pómulo derecho y dibujó una figura extraña en la pared de atrás. No necesité ver más. El trayecto de la punta química delató mi posición. Supe en todo momento que la atmósfera húmeda iba a ser un problema que al final tendría que resolver. Los guardias Reales me vieron y resigné gran parte de mis decisiones cuando me quité el pañuelo de la cara. De rodillas, inhalé la atmósfera densa. Escupí tierra de Sailar 8 y tragué sequedad. Estaba decidido a no responder las órdenes de la base.


Sobre el autor:
Cristian Cano

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