miércoles, 4 de septiembre de 2013

Espacio perturbado - Paula Duncan


Tuvo una semana difícil, su espacio social estaba perturbado, se le perdían las horas sin saber adonde se marchaban, estaba realmente cansada sin hacer nada, las tareas del hogar fueron relegadas hasta hacer solo lo mínimo indispensable: ropa para cambiarse y algo que comer, la limpieza general pasó a segundo plano, tenía la sensación de vagar por el pasillo de su casa que se estiraba y retorcía, pero cuando salía estaba siempre en el mismo lugar, agotada.
Los días se sucedían grises, húmedos, tranquilos, inquietantes; de a ratos alguno de sus gatos maullaban mirándola como si lo que veían no coincidiera con los que ellos estaban acostumbrados una noche algo lloviznosa dejo a Pancho afuera, justo a el que no maullaba y cuando lo hacía era casi inaudible.
Llego el viernes, y con el la sesión de terapia, pensaba salir con tiempo, los viernes siempre son complicados, pero tratando de que su cerebro se conectara con sus manos y poder terminar el trabajo que le habían encomendado, se le perdió una hora, para ser mas exacto cincuenta y cinco minutos que solo se dio cuenta cuando miro el reloj; ese mismo reloj que cuando se le termina la pila no se queda parado sino que sigue funcionado pero para atrás.
 Llego tarde, ya estaban ahí casi todos sus compañeros, comenzaron a trabajar y descubrió que su cuerpo solo tenía volumen en el espejo, de este lado solo era una plana fotografía.

Acerca de la autora:  Paula Duncan

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