sábado, 20 de abril de 2013

Estrella fugaz - Héctor Ranea


—¿No me dijo que era de Piscis, señora? —me dijo la empleada sobrecargada de labios rojos con turgencia de mandarina marchita.
—Pero Piscis es un signo fulero. ¿Por qué no pone que soy de Acuario?
—¡Porque la última vez que le puse que era de Acuario se meaba en la cama, señora! ¡Por eso!
—Está bien, pero no me grite así. Parece un ahogado en un natatorio municipal.
—¿Y usted, qué? ¿Se quiere parecer a la Marquesa de Sudán? ¡No todos somos candidatos a marqueses, sabe? —la sorna me atormentó los oídos. ¡Semejante actitud!
—Usted no me trataría con tanta acritud si fuera menos plañidera. Mi error ha sido ese. ¡Maldita yo que se me ocurre venir a un cambio de horóscopo con semejante personaje!
—Tiene razón, querida: acá el lema es: “Venga con su signo y le regalamos dos” pero eso no incluye reincidentes. ¡Está viniendo todos los meses, usted! Está bien que no pueda negarme, pero ¡por favor! Téngase paciencia. No se puede ser una Piscis si añora ser Escorpio a cada rato.
—No tiene por qué gritarme. Los Piscis tenemos bajo control algunas cosas menos las emociones.
—¿Me amenaza? ¡Me amenaza! ¡Guardias! —gritó. Y no pude más. Esa asimetría con la que movía los labios me compelió a tirarle con el signo de Capricornio por el pecho. Rebotó en sus senos de goma espuma, así que zafó. Entonces usé el signo de Libra y los platos se los puse en cada oreja, pero la mujer tenía la cara ya rota. Me venció por cansancio. No llega a vieja una sin falta de voluntad. Y así abúlica me llevaron de nuevo al geriátrico.
—Va a ser Piscis toda la vida que le quede, ¡vieja loca! ¡Va a saber lo que es! —estaba fuera de sí.
—No importa —pensé—, dentro de un mes vuelvo y me pongo Sagitario. Seguro que me tratarán con más cariño.

Acerca del autor:  Héctor Ranea

No hay comentarios.: